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to es muy dificil y á veces imposible, la observacion por
el contraaio es el medio mas adaptado para las ob-
servaciones cientificas, y la estadistica es precisamen
te uno de los instrumentos mas utiles para esta obser-
vacion. Esnatural, por tanto, que el criminalista so-
ciólogo, que despues de estudiar la parte individual en
la génesis del delito, quiera indagar el lado social, y
robustecersu ciencia con las fuentes de la realidad, de¬
ba recurrir á la estadistica criminal que, como dijo
KRoHNE, “eslaprimera condicion para obtener buen
éxito en lalucha contra los ejércitos de la delincuen-
cia, desempenando el mismo papel que en la guerra el
el servicio de esploracion".
Por eso la he empleado, por eso he ido á pedir à los
numeros la demostracion indiscutible dela existencia
del hecho, para aplicarle entonces las observaciones
de estranos ó las propias.
Sin ella hubiéramos procedido siempre à ciegas, nos
hubieramos dormido ante las apariencias de moralidad,
y hubiéramos permitido á nuestra sociabilidad rodar
poco á poco hasta encenegarse en el vicio, sentando
hipôtesis mas ómenos exactas como son todas aque-
llas que no tienen un criterio positivo en que apo¬
yarse.
La estadistica criminal nos dice solamente esto: en
un determinado ano se cometieron mas 6 menos de-
litos que en los anteriores, y nada mas. Este sencilli¬
simo dato en nuestro sentir, no puede justificar nin¬
gun juicio étnico-social, ni aun alcanzando el mayor
grado de precision, representando, no los delitos des¬
INHIDE
( INSIITUTO DE NNVESIICACIONES
europäische Rechtsgeschichte
DE HISTORIA DEL DERECHO