Necesidad de
coordinacionn y
armonia.
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Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschichte
yor riqueza pecuaria y forestal, podran proporcionar una uti¬
lidad por anto que no ha de ser inferior a 20 ó 25.000 millones
de pesetas.
Mas para que este programa tan seductor se realice
sin que los afanes individuales y los intereses particulares,
locales o regionales puedan producir colapsos financieros,
dificultades de materiales y de medios constructivos con los
encarecimientos y perturbaciones correspondientes, debe¬
ran los Gobiernos estimular la acción privada o la forma¬
cion de grupos sindicales en los que se posponga el in¬
terés individual al interés general, con sujeción al cual se
definirà el orden y la agrupación de las obras e instalaciones.
concentrando los esfuerzos para la mayor eficacia y rendi¬
miento. La importancia de las cooperaciones y auxilios que
el Estado proporcione, deberán ser graduadas en relación
a las facilidades que la acción privada presta al cumplimien¬
to de estos fines de interés nacional.
Es bien alentador poder presentar al final del recorrido
del proceso evolutivo en el desarrollo del aprovechamiento
de esta riqueza primordial del pais, esta justa esperanza;
poder ver al alcance de una generación, convertida en tan¬
gible realidad, los anhelos que hace ya casi dos siglos si
no con toda su amplitud, si con los mismos principios defen¬
dian con tanto empenno patriotas insignes.
Pensemos en la'importancia extraordinaria de este me¬
canismo integral para poder captar del agua toda la riqueza
que generosamente nos brinda y recordemos que tan dôcil¬
mente como se deja conducir y sin reservas nos rinde todos
sus frutos, huye hacia el mar o la atmósfera, en precipitada
fuga, como en protesta, cuando la abandonamos a su paso;
por ello la aplicación de un sistema racional de regulación y
distribución que afecte a la ordenación y empleo de esa ri¬
queza, que tan universalmente influye en todos los aspectos
de la vida nacional, merece excepcional y princi pal atención.
La riqueza mineral de nuestro suelo puede mantenerse
en situación estâtica, almacenada y en reposo, en espera del
momento en que queremos emplearla en una de las mu¬
chas formas en que puedan sernos ûtiles; mas su cantidad es
limitada, sus yacimientos tienen un fin y la cantidad que
sale no vuelve como aquella que por antiguos errores se ex¬
porta en valores primarios, en detrimento de nuestro pa¬
trimonio, para enriquecer otros paises, haciéndonos tribu¬
tarios de su ingenio y su esfuerzo.
El agua, en cambio, es esencialmente dinámica y hay
que utilizarla mientras circula, o se pierde; pero su cantera
prales y Politicas
Real Academia c
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