Oreografia pen¬
insular.
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Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschichte
dera torre de agua que Dios crió en el centro de Europa, ve¬
remos como de ella parten cuatro magnificos rios cuya vista
causa impresión de asombro y soberana grandeza.
El Danubio, el Rhin, el Ródano y el Po, que fertilizany
dan esplendor y poderio a Austria, Alemania, Francia e Ita¬
lia, debiendo reconocer que con ingenio, ciencia y tenacidad
han sabido esos pueblos aprovechar tan ricos dones con los
que el Creador los atendió.
Por otros lugares del mundo se observan magnificos rios
que Ilenan de admiración, productores de riquezas inapre¬
ciables.
Cômo no recordar al fabuloso Nilo? El que desde los
tiempos mas remotos es emporio de riqueza y para cuya apli¬
cacion ya los Faraones vieron que bastaba una obra, el gran
embalse, y construyeron el enorme de Mery, que hoy no exis¬
te, pero que ha sido sustituido por la magnifica presa de As¬
suan, construida por los ingleses; obra gigantesca cuya ca¬
pacidad es de 8.000 millones de metros cubicos y que se
cuenta, sin embargo, en singular.
Y mas allà de los mares vemos en aquella América, tan
querida siempre por los espannoles y que tan gran misión tie¬
ne que cumplir en el mundo, rios inmensos; unos, como los
de la América del Norte, maravillosamente aprovechados;
otros, como los soberbios de la América hispana, con su ri¬
queza en potencial, no por abandono de sus cultisimos habi¬
tantes, sino porque sus grandes riquezas y pequenna pobla¬
cion no han exigido aun su aplicación, pero a los que esos
pueblos de tan alta civilización e iniciativas pondran en con
diciones de que se aprovechen sus enormes recursos cuando
en sus tierras den albergue a los aumentos de población que
reclaman espacios vitales, y formen asi poderorisimas na¬
ciones de civilización cristiana, constituyendo un baluarte
que, en paralelo con el que forma Europa, defiendan nuestras
ideas de santas creencias y nobles sentimientos de humani¬
dad de los principios asiâticos de esclavitud y anulación es¬
piritual de los hombres, sostenidos por afanes de tiránicas
soberbias infernales, esperando que Dios permita penetren
en esos pueblos las divinas predicaciones y la humanidad
entera se postre ante nuestro Dios y Creador.
La Peninsula Ibérica, que forma la atalaya meridional
de Europa, presenta caracteristicas distintas de las que han
creado esas soberbias corrientes fluviales a que hemos alu¬
dido; el suelo de nuestra Patria tiene la estructura de una
verdadera fortaleza, la de una meseta amurallada en sus con¬
tornos como para defenderla de toda acción externa de los
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
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