Aplicaciones del
agua.
Comparación en¬
tre dis tintos
paises.
Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschich
puede ser ûtil ni dar frutos sin aquéllas, y de aqui la capital
importancia que tiene para todos los pueblos el estudio y
aplicación de sus hidrografias, tanto en el orden social, por
lo que afecta a la distribución demográfica y facilidad de re¬
laciones, como por su concepto económico, por el aumento
de riqueza, de productos, de movilidad y progreso, y en con¬
secuencia adquiere un valor excepcional el carâcter politico
que ha de dirigir y encauzar las leyes, organizaciones y con¬
cepto que las guien y conduzcan a su mâximo desarrollo y
mejor rendimiento.
Los frutos principales de la alianza de estos dos elemen¬
tos son, en sus aplicaciones, la agricultura, el aprovecha¬
miento de energia y la navegación.
La primordial importancia entre estas aplicaciones co¬
rrespondiò siempre a la agricultura, cultivo que comenzó el
hombre en los albores de su vida, que creció paralelamente a
su desarrollo y progreso y que es consubstancial a su propia
existencia.
La topografia y oreografia en general permiten armoni¬
zar todas estas aplicaciones; el agua, no obstante su fuerza
y su poder, se somete mansamente a la mano del hombre, y
ocultando en su seno toda su energia, docilmente la entrega
adonde el hombre se lo manda, fertiliza después las tierras
que le ordena y transporta los productos de las tierras y del
ingenio humano al lugar que la vida de relación reclama.
Mas la Providencia no repartió sus dones, al menos apa¬
rentemente, con igual largueza ni importancia en los distin¬
tos paises, y en tanto que a algunos con mano pródiga los
dotô con amplisimos elementos, a otros sólo con grandes
restricciones les otorgó los medios precisos. Bien es verdad
que el fruto de la labor del hombre ha de ser la resultante
de combinar los elementos naturales de que disponga con su
voluntad, su energia, sus esfuerzos mentales, y del empleo
que en conjunto sepa dar a las potencias de su espiritu en su
vida individual y en su acción colectiva, seguro de que aque¬
llo que la Providencia no quiso darle como regalo sabrâ darlo
como premio.
Justo serâ contemplar de un modo general cômo estan
distribuidos estos elementos por distintas partes del mun¬
do para apreciar mejor cuâles son las condiciones particula¬
res de Espanna y el esfuerzo que por mandato divino hemos
de hacer a fin de alcanzar el máximo rendimiento posible y
proporcionar a nuestra Patria el disfrute de sus propias ri¬
quezas.
Si subimos a los altos picos de los Alpes, de esa verda¬
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas