Full text: Alonso Martínez, Manuel: Nocion del estado

ESTUDIOS SOBRE 
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cupe de su elevada mision y de la grandeza de su destino. Se preo¬ 
cupan de su posicion el Magistrado, el Alcalde popular, el Gene¬ 
ral, y no habia de preocuparse el Jefe del Estado? 
Por lo demas, es vano empenno poner al Poder trabas artificia 
les para impedir sus invasiones. ; De qué sirve decirle que los de¬ 
rechos individuales son ilegislables? ; Qué freno puede ofrecer à 
su ambicion un Estado de artistas y otro de sabios? El baluarte 
inexpugnable de la verdadera libertad está en el espiritu del pais, 
en sus costumbres, en los progresos de la razon pûblica y en la 
intervencion de los ciudadanos en el gobierno de la nacion. Lo 
demas es envolver al leon en débiles redes de cánamo que no re¬ 
sisten à su terrible garra, y que sin sujetarle le irritan. 
La otra critica que se hará à mi doctrina es la de su vaguedad. 
No es justa; tratándose en general de determinar la mision del 
Estado, es imposible salir de una fórmula genérica y comprensi¬ 
va, conforme con las leyes eternas de la moral, de la naturaleza 
y de la historia: toca luégo à la ciencia aplicarla à todos los he¬ 
chos sociales, à todas las esferas de la actividad humana. Yo en¬ 
tiendo que la mision del Estado no es sólo reprimir ó garantir la 
seguridad; que no es sólo tampoco reprimir é ilustrar; que es 
ademas, y principalmente, utilizar las fuerzas de la comunidad y 
dirigirlas à la consecucion del fin social, que consiste en el des¬ 
envolvimiento armónico de las facultades humanas con estricta 
sujecion à las prescripciones eternas de la ley moral, de la cual 
es intérprete el poder pûblico, cuyas decisiones obligan al indivi¬ 
duo, que no puede cumplir su destino fuera de la sociedad, siendo 
por tanto la primera condicion de su desarrollo su sumision à la 
disciplina social. Que la ciencia tenga mucho que hacer para des¬ 
envolver esta formula y aplicarla à la familia, al municipio, al 
Estado, à la religion, à la ciencia, al arte, à la moral, à la poli- 
tica, à la industria y al comercio, no lo niego. Por esto la ciencia 
es tan dificil y penosa: por esto el mundo fué entregado por Dios 
à las disputas de los hombres. Más cómodo seria sin duda encer¬ 
rar al Poder en limites muy estrechos y definidos, y senalarle 
grandes mojones, que la vista más tosca y ménos ejercitada pu¬ 
diera de léjos distinguir; pero no es asi como obra la naturaleza, 
Max-Planck-Institut für 
rales y Politicas 
päische Rechtsgeschichte
	        
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