DISCURSO
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Dios para su expiacion y mejoramiento, pero no la reco¬
noce como legitima, no puede reconocerla como regla de
conducta y modus vivendi. Admite la guerra, pero no
asienta que el modo de vivir un pais sea el de guerra con¬
tinua, y que las relaciones de la religion con el Estado
social sean un status belli permanente. La tempestad pu-
rifica la atmósfera, fecundiza los campos, llena los depó¬
sitos de las aguas, aumenta el caudal de los rios y refres¬
ca el ambiente, pero à quién se resolveria à vivir en una
region azotada por continua borrasca? Pues tal es hoy dia
el estado de la Iglesia católica en casi todos los paises de
Europa y de América. Se predica la separacion y se prac¬
tica la persecucion.
Ved ya planteada la cuestion en el terreno de la histo¬
ria y la filosofia, en el terreno de la religion y la expe¬
riencia. Es ó no admisible la teoria moderna de la sepa¬
racion entre la Iglesia y el Estado, aun tomando por tipo
el statu quo de la América del Norte?
El católico, el tradicionalista y partidario racional de la
historia no pueden admitirla. Es mås; para el católico está
vedada: es un error. La Iglesia la ha reprobado por boca
del pontifice, y quién se atreverá á Ilamarse católico de¬
fendiéndola? Es la breve proposicion del Syllabus que sir¬
ve de tema á este discurso:
Ecclessia à Statu, Statusque ab Ecclessia sejungendus est.
La Iglesia universal docente tiene aceptada como doc¬
trina inconcusa la proposicion contraria, y sostiene que ni
el Estado debe separarse de la Iglesia ni la Iglesia del Es¬
tado. Mas luégo la misma Iglesia docente congregada en
el Vaticano, dió todavia más fuerza á la resolucion y á la
aceptacion aniadiendo, que no es licito al católico sostener
lo que la Santa Sede ha condenado como erróneo, aunque
no lo haya declarado herético.
Max-Planck-Institut für
rales y Politicas
Rea
europäische Rechtsgeschichte