DISCURSO
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à la vieja Europa lo que más destruye hoy dia la obra de
Constantino, la armonia entre la Iglesia y el Estado, las
relaciones entre el hijo independiente y emancipado y su
santa y respetable Madre. Hay otro mal mayor y al cual
no debo descender: el Cesarismo, el retroceso al paganis¬
mo de Augusto y Neron, de Diocleciano, Maxencio y Ju¬
liano apóstata; la absorcion de la Iglesia por el Estado, la
union del poder religioso con el secular, de la corona con
la mitra, del poder real con el sacerdotal, la policia diri¬
giendo el culto, el César volviendo á ser no solamente Im¬
perator, Consul y Tribunus Plebis, sino tambien Ponti¬
fex Maximus, y esto en nombre de la libertad. Y no
creais, Senores, que este absolutismo sea peculiar del im¬
perio ni de la monarquia: no, lo ejercen lo mismo las re¬
publicas y la democracia, que al fin si à Jesucristo le cru¬
cificó la monarquia, antes lo habia perseguido, prendido
y calumniado la democracia de su tierra, que lo puso en
manos del agente imperial.
Pues qué, ; no prenden hoy y expulsan obispos el pro¬
testantismo y el racionalismo en Ginebra, como el focia¬
nismo cismático en Varsovia, como el eclecticismo evange¬
listico en Prusia, como el regalismo sectario en el Brasil,
como el indiferentismo solidario en lo que se Ilamó Nue¬
va Espana?
Es verdad que la democracia propende más bien al se¬
paratismo y la monarquia al cesarismo por su indole par-
ticular, por la tradicion y el orgullo predominantes en
ella; pero hoy, por un raro fenómeno, las repûblicas mo¬
dernas, sentando en teoria principios separatistas, deducen
consecuencias cesâreas. La entidad personal é individuali¬
dad cesárea favorecen para representar el pontificado, pero
cómo representará éste la colectividad nacional? Y con
todo, vemos à las repûblicas hispano-americanas empenina
das en remedar à los reyes de Espanna y sus regalias, des¬
pues de haberse emancipado de ellos, y al poder ejecutivo
Max-Planck-Institut fül
rales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte