DEL EXCMO. SR. MARQUÉS DE LA VEGA DE ARMIJO 611
donar hasta donde sea posible el medio de resolver deter¬
minadas cuestiones. El modificar, mejorándola, la situación
de algunas clases sociales, exige conocimientos profundos y
vastisima cultura, pues si hubo tiempos en que bastaron los
viejos paliativos para conllevar la solución de tan graves
cuestiones, hoy es necesario que se emprenda con vigor y
buena fe las reformas, que si no las resuelven por completo,
demuestren la justa preocupación de nuestra sociedad en fa¬
vor de las clases trabajadoras.
Por ello es necesario también no desconfiar de nuestros
medios, pues sin una idea perfecta de aquello à que, que¬
riendo, se puede llegar, no se podria conseguir el propósito
que se pretende.
Con decisión y firmeza debe emprenderse lo que tiene que
ser. y que por olvido quizás ha ayudado á nuestra deca¬
dencia.
Creo, como Valera, que no debemos desconfiar de nues-
tras fuerzas, y desenvolviendo nuestra inteligencia y atempe¬
rándonos à lo que ahora constituye la grandeza de las na¬
ciones, por esa senda, caminar con firmeza.
Por grandes que sean los conocimientos del hombre de
Estado, si no tiene carácter para realizar su obra, resultan
completamente estériles para salvar å la sociedad sacándola
de su atraso.
Arduos son los problemas que entrana la ensenanza de un
pueblo; pero no son menores los peligros que provienen de
la falta de instrucción cuando se trata de una nación como
la nuestra que por su fácil percepción puede dar á las me
jores ideas el desarrollo más peligroso.
Cuanto mås abonado sea un pueblo para imprimir en él
las doctrinas, más peligroso es que la instrucción lo desvir¬
tue, si no está basada en los principios salvadores de la hu¬
manidad y de la ciencia, que con sus grandes descubrimien¬
tos contribuye á reducir la miseria y el dolor sobre la tierra.
Hubo un tiempo en que bastaban las predicaciones reli¬
giosas, que daban una esperanza à los desgraciados del pre
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
uropäische Rechtsgeschit