DISCURSO
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entre los más cercanos en deudo y amistad, con la ocasión
de tantos pleitos como se acarrean por las demasiadas leyes
y tanta diversidad de pareceres.... (1).
Pero, realmente zpueden vivir sin leyes (2) las sociedades
humanas?
Existen escuelas, con caracteres y proporciones de reac¬
ción, que resueltamente lo afirman (anarquismo, acracia.
etcétera); y no faltan sociólogos y pensadores de autoridad,
formados en las filosofias clásicas, que se inclinan asimismo
å la afirmativa (3). Kropótkin, por ejemplo, tomando como
punto de partida la nativa bondad del hombre y el sen¬
timiento de simpatia y de solidaridad que le es ingénito y
que le atrae con la violencia de un fenómeno natural hacia
sus semejantes, erige al individuo en órgano ûnico y exclu¬
sivo de su propio derecho; al gobierno del hombre por el
hombre sustituye el gobierno del hombre por si mismo, y so¬
bre tal base quiere reorganizar la sociedad civil: en su idea,
el ordenamiento social ha de producirse de igual modo que
se genera y ordena en sus diversos reinos la Naturaleza: por
(1) Veriloquium en reglas de Estado, etc., caps. 13, 14 y 16 (Valencia,
1604, páägs. 187-228).
(2) Entiéndase bien, sin leyes exterior y reflexivamente promulga¬
das, obra de órganos especiales del Estado (monarca, parlamento, cuer
po de votantes en el referendum, etc.) y de necesario cumplimiento, ga¬
rantidas por alguna actio.
(3) «Otras direcciones contrarias (el individualismo del laissez faire,
la democracia directa, la escuela histórica, etc.) propenden á disminuir
å su vez, y aun á negar, la acción reflexiva de los órganôs especiales,
que también identifican con el Estado, bajo la misma preocupación co¬
mûn. Desconfian de su intervención, queriendo reducirla al minimum
y prefiriendo la acción instintiva, ya de los individuos, ya del todo so
cial, que suponen guiada infaliblemente por leyes naturales, mientras
que aquella intervención todo lo perturba con sus ideas subjetivas, sus
propositos arbitrarios y su coacción violenta. La expresión más intensa
de esta corriente se halla en aquellas teorias contemporáneas (anar
quismo, amorfismo, acracia) que proclaman la abolición del «Esta-
do», ó por mejor decir, de sus poderes oficiales.» (Francisco Giner, Estu¬
dios y fragmentos sobre la Teoria de la Persona social, Madrid, 1899, pági¬
nas 218-219.)
Max-Planck-Institut für
J Real Academia de Cencas Morales y Politeas
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