DEL EXCMO. SR. D. ANTONIO ROYO VILLANOVA
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Todas las restricciones que para la organización de los
servicios pûblicos tiene que sufrir el individuo, son el precio
de su libertad plena. La policia, como parte del derecho ad¬
ministrativo, es, pues, la limitación de las libertades negativas
del individuo para alcanzar la plenitud de sus libertades po¬
sitivas.
Como se ve, este concepto de las relaciones entre el indi¬
viduo y el Estado es radicalmente contrario a la idea orien¬
tal del poder, donde hay una especie de superstición y de
fatalismo en la sumisión a la Autoridad. El Poder pûblico en
el Estado moderno manda siempre por representación, y los
ciudadanos que obedecen a la Autoridad que, en nombre de
todos, les manda, en definitiva se obedecen a si mismos.
Por eso, senores Académicos, al plantear el problema del
terrorismo, no quiero salir de la posición más individualista:
el deber del Estado de garantizar al ciudadano el derecho a
la vida, y el deber del ciudadano de aceptar todas aquellas
restricciones juridicas que sean indispensables e ineludibles
para conseguir esa seguridad. Insisto en que el terrorismo
no es, precisamente, un peligro para la seguridad pûblica, a
la manera como lo son los motines y las revoluciones que.
por movimientos colectivos, quieren subvertir las bases po¬
liticas de la sociedad y del Estado; no: el terrorismo es, ni
mas ni menos que la frecuencia y repetición de delitos comu¬
nes (homicidios y asesinatos) que por su impunidad y por su
audacia engendran el terror (1).
(1) Como precedente del delito terrorista y del verdadero propósito
criminal de sus autores, resulta interesante recordar las siguientes pala
bras pronunciadas por Ravachol, en el banquillo de los acusados:
«He querido hacer comprender a todos los que tienen la misión de apli¬
car las ponas, que es necesario que en lo sucesivo sean mâs dulces y cle¬
mentes. Siento con toda sinceridad que haya habido victimas inocentes.
Y en este momento, quo he de tener todavia el dolor de ver en el banco
de los acusados a personas que tienen todas mis simpatias y que no están
ahi sino porque me han conocido? La anarquia serå una gran familia
donde el más débil estará protegido por todos. ;Reflexionadlo! Pues bien,
yo no habia de vacilar ante los medios necesarios para alcanzar el triunfo
de estas hermosas ideas. Yo he querido producir el terror, para llamar la
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