DEL ILMO. SR. D. JUAN ZARAGÜETA BENGOECHEA
residuo de la sensación fenecida, a la que parece aûn refe
rirse salvando su inexistencia actual, pero proyectando su
existencia en un plano anterior al del momento presente: fru-
to de esta nueva perspectiva mental será un juicio afirmativo
del hecho sensorial en tiempo pretérito. Ahora bien, un juicio
de tiempo pretérito, ztiene ya un carácter positivo? Induda¬
blemente, si nos atenemos a lo que pudiéramos llamar su
«contenido material», que continua siendo en nuestro casc
un hecho fisico. Pero ese hecho no tiene ya realidad, puesto
que la que en su dia tuviera dejó totalmente de ser en el or¬
den fisico, y, sin embargo, continua afirmåndose en el orden
mental. No aparece aqui por primera vez, con el reconoci¬
miento de la categoria del «pretérito», cierta amplificación
del fuero del orden mental con relación al fisico, aun sin salir
del mundo de los hechos? No se nos revela la primera ex¬
copción, la primera brecha del esse est percipi — expresión
exacta del Idealismo, como el Idealismo parece ser la forma
mås rigurosa y lógica del Positivismo — en esa pretendida
percepción de realidades no-existentes?
Prosigamos el cotejo del orden real con el orden mental.
Volvamos a la hipôtesis de la luz que se apaga — podemos
suponer que debido a una averia en la Central eléctrica
para volver a encenderse a los pocos minutos al repararse
aquélla. En el intervalo de obscuridad entre ambas ilumina
ciones, han desaparecido de mi conciencia las sensaciones
de los objetos antes visibles por la luz, pero continuo impre¬
sionado por las persistentes imâgenes de los mismos. Qual
es, entre tanto, el sentido y el carácter de mis juicios? No sólo
siguen siendo afirmativos con referencia a las imágenes sub
sistentes, sino también a las sensaciones de que aquéllas deri
van, o mejor dicho, a los objetos que poco ha me impresiona¬
ban sensorialmente en el ambiente luminoso. Pero tiene esta
afirmación objetiva un carâcter bien distinto del de los juicios
de pretérito que considerábamos anteriormente. Al paso que
éstos implican en su propia afirmación del pasado la noga¬
ción del presente, mi espiritu continua en nuestra nueva hi¬
Max-Planck-Institut für
incias Morales y Politicas
Real Academi:
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