DISCURSO
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los frutos de la tierra, y las minas no son mâs ricas que
la agricultura (1). Bravo Lagunas observa, que todo lo
que el arte anade à la naturaleza no produce sino rique¬
zas de contrato, sujetas á las mutaciones de los tiempos
y à los caprichos de los usos (2). De suerte y manera que,
en sentir de los sabios cuyo dictamen apuntamos, los bié¬
nes serán cuanto el hombre sabe usar ó que puede éna¬
jenarse, cuanto es agradable á sus ojos y aleja la priva¬
ción, cuanto puede darle paz y descanso. jNo son estas,
senores Académicos, ideas claras, generales y de bastan¬
te amplitud y filosofia, para que por fácil transicion ha¬
van escrito los economistas que es riqueza todo objeto que
tiene utilidad y valor? jY no es muy de notar que entre
esas diversas apreciaciones no hallemos una sola de la
que pueda deducirse que el oro y la plata constituyen la
uniça riqueza, ó bien los frutos de la tierra y el producto
neto de la agricultura, como imaginaron los adeptos del
sistema mercantil y de la escuela fisiocrática? jNo sera
cierto que tornando los ojos á la antigüedad clásica y à
los eruditos escritores del siglo XVII, desatándose la cien¬
cia de los lazos de los sistemas exclusivos que se funda¬
ban en un falso concepto de la materia sometida à su ju¬
risdicción era dable prometerse rápidos y no interrumpi¬
dos progresos?
Para producir el hombre no tiene más que un medio,
moyer los elementos y pequenas partes del mundo exté¬
rior; esto ensenan los tratadistas de economia politica,
pensamiento de Bacon, el que nos advierte: Ad opera
nihil aliud potest homo quam ut corpora naturalia admo¬
veat et amoveat; reliqua natura intus transigit (3).
La más grande, la más importante, la más noble de
(1) Empresas politicas, Emp. 69.
Voto consultivo, pág. 7.
De augmentis scientiarum, lib. Il, c. 2.
(3)
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politic
europäische Rechtsgeschichte