DISCURSO
dinación que existen entre la clase directora y la de los tra¬
bajadores.
»El socialismo, por el contrario, implica un cambio radi¬
çal y de esencia en esas relaciones, pues que no se trata de
reemplazar al capitalismo privado por el capitalismo de Esta¬
do, sino a ambos por la cooperación de los trabajadores due
nos de los medios de producción y de cambio. Transforma
ción ésta que, al suprimir la distinción entre capitalistas y
trabajadores, realizará no menos que una revolución.
»En el orden económico como en el politico—y, en gene¬
ral, en todas las esferas de la vida colectiva—, el socialismo
es opuesto al estatismo, esforzándose por realizar la separa¬
ción del Estado y del trabajo, como la del Estado y la reli¬
gión o la del Estado y la familia. Y quiere, como ültimo tér¬
mino de esta triple evolución, que el Estado-Poder quede
reducido a funciones secundarias de vigilancia y de policia.
La vida de familia escapa a su intervención; las Iglesias no
son otra cosa que Asociaciones libres que agrupan a los ciu¬
dadanos segûn sus afinidades filosóficas o religiosas; y la
gran Cooperativa del trabajo social, llegada a la plenitud de
su autonomia, se administrarå a si misma fuera y por encima
de toda ingerencia gubernamental.»
Vandervelde ve por doquier a los socialistas tratando de
apoderarse del Estado para volver después su fuerza coerci¬
tiva contra el capitalismo, y se apresura a advertir que esta
acción por la conquista o por la utilización del Estado no
debe impedir la lucha contra el Estado como órgano de do¬
minación de clases. «Bien está que los trabajadores, para
mejorar su suerte, acepten o reclamen del Estado burgués
un minimo de protección; que prefieran a los monopolios
capitalistas las administraciones direotas, que, a lo menos en
cierta medida, tienen en cuenta el interés general; que se es
fuercen por mantener después de la guerra la inspección que
durante ésta se ha establecido sobre las principales ramas de
la producción y del cambio.» Para esto Vandervelde se une
a los socialistas y concede a tales reformas todo su valor;
Max-Planck-Institut fül
jencias Morales y Politicas
Real Academia de
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