DISCURSO. 
los servicios pûblicos, la frase de Napoleón hablando del 
Banco de Francia: «Quiero que êsté en las manos del Gobier 
no, pero no demasiado.» Y Frère-Orban, al crear medio siglo 
mâs tarde en Bélgica las dos primeras Sociedades de las que 
antes indicábamos, respondia a los que le reprochaban de 
querer centralizarlo todo en manos del Gobierno, recono¬ 
ciendo a esas instituciones una personalidad moral distinta, 
y. por consiguiente, una autonomia más o menos extensa. 
«Pero la cuestión se planteó en toda su amplitud cuando el 
Estado, por razones diversas, se vió arrastrado a nacionali¬ 
zar algunas grandes industrias, tales como los caminos de 
hierro o las minas. Primero se limitaba a crear Ministerios 
nuevos, erigiéndose en departamentos distintos las Adminis 
traciones nacionales que habian de atender a cada uno de 
esos servicios. Después se quiere dar a su organización una 
flexibilidad de que carecen las Administraciones del Estado¬ 
Gobierno. Por ültimo, se avanza un paso mås, y en Prusia, 
por ejemplo, para las minas, como en Suiza, Italia y Francia 
para los ferrocarriles, se proclama el principio de la autono 
mia de los servicios pûblicos, y de él se deducen consecuen¬ 
cias más o menos radicales en el triple aspecto de las finan 
zas, de la organización administrativa y de los derechos del 
personal. 
Respecto de la autonomia financiera, cada dia se diferen¬ 
cia más el Presupuesto general y los presupuestos anejos, 
en los que se especializan los ingresos y gastos de las diver¬ 
sas explotaciones que el Estado administra. Tocante a la au¬ 
tonomia administrativa, dice Vandervelde que, so pena de 
que sean inferiores a las Empresas privadas, las pûblicas 
deben inspirarse en los métodos de aquéllas, librarse de las 
trabas de las tradiciones gubernamentales, emanciparse de 
las influencias politicas, y adquirir una libertad de acción 
que no conocen las burocraeias autoritarias de los demâs ser¬ 
vicios publicos. Esta autonomia tiene mûltiples grados; poro 
dondequiera que hay industrias de Estado, el Gobierno se 
ve compelido mâs o menos tarde, bajo la presión de los he¬ 
Max-Planck-Institut für 
Real Ac 
Vorales y Politicas 
europäische Rechtsgeschichte