DEL EXOMO. SR. D. LUIS MARICHALAR Y MONREAL 
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béis, llegando hasta nosotros, por el flujo obligado de las 
aguas, las sordas tempestades que dificilmente se contenian 
en los mares del Norte. Pero el hecho es que aquellos com¬ 
prometidos momentos se vencieron, y pudo llegarse al Tra¬ 
tado de 27 de noviembre de 1912, que de una manera defini¬ 
tiva ponia término a la era de las impaciencias y de los rece¬ 
los, para dar franco paso a la de las sinceras colaboraciones 
En toda esta obra continua, perseverante y patriótica des¬ 
taca la persona de mi insigne antecesor en la Academia, y 
por esto cabe decir que su figura se agranda a medida que 
el tiempo la distancia de nosotros y se va colocando en aque¬ 
Ila perspectiva que nos muestra toda la magnitud y toda la 
firmeza de los rasgos que la delinean. 
León y Castillo comprendió con sutil perspicacia desde el 
primer momento que Espana tenia que salir de la soledad en 
que vivia si habia de jugar algûn papel en el mundo y ser 
tenida en algûn predicamento, y a la vez se dió râpida cuen¬ 
ta de que sólo por el lado de Francia, en unión con Inglate¬ 
rra, podia Espana ser algo y obtener provecho en orden a 
sus legitimas, aunque modestas aspiraciones, tanto en el Es¬ 
trecho como en el Mediterráneo y en la costa norte de Afri¬ 
ca. El sabia que la cuestión de Marruecos habia de llegar a 
resolverse «con nosotros, sin nosotros o contra nosotros»; y 
como esa cuestión desborda de sus costas, se refleja en el Es¬ 
trecho y alcanza a todos los problemas del Mediterráneo 
nuestra ausencia o nuestro apartamiento de esos sitios seria 
la total y definitiva descalificación de Espana como nación 
que hubiera de figurar en el mapa del mundo. 
Por esto, a todos interesa que vayan desapareciendo las 
causas, mâs o menos fundadas, de recelos, de reproches y de 
desconfianzas que a través de la Historia, y por culpa de ésta, 
puedan venir perdurando entre las dos naciones vecinas. 
Franca y espontáneamente las expone en su libro de aho 
ra M. Laborde (1), y tal vez por lo mismo que nos parecemos 
(1) Il y a toujours des Pyrénées. Paris, Payot, 1918. 
Max-Planck-Institut für 
Real Aca 
Morales y Politicas 
europäische Rechtsgeschichte