DEL EXCMO. SR. D. LUIS REDONET Y LÖPEZ DÖRIGA
729
D. José Ignacio Valenti, en 1899 (Palma de Mallorça, Imprenta de
F. Guasp), se ocupó histórica y literariamente de Los Benedictinos de
San Mauro.—Dom Besse, tan á menudo citado en mi Discurso, ha escri
to un folletito muy elemental pero bien aderezado, sobre Les Bénédicti¬
nes en France (Science et Religion. Bloud et C.ie, 1917).—Antonio de Win-
ghe, Jacobo Breul y otros autores y monjes anónimos, estudiaron la
historia, las constituciones y los privilegios de Monasterios y Congrega¬
ciones determinados, en libros que he visto, pero cuya cita resultaria
yä demasiadamente pesada.
La régla, puede estudiarse reproducida en las siguientes ediciones
latinas y castellanas, que tuve à la vista. En una, sin afo, compuesta
explicada (la regla) por Dunstano, en cuya edición se contienen ade¬
mas, el De modo Orandi, de Hugo de S. Victore, y el Tractatus de Vita
Solitaria, de San Bernardo. En otra, de 1569, impresa en Salamanca (Apud
loanne Baptistam à Terranoua). En otra, de 1602 (Parisiis, Apud Ambro¬
sium & Hieronymym Drovart) con declaraciones y constituciones, edita¬
da por los PP. de la Congregación Casinense, primeramente, y luego
reproducida por Jacobo Breul. En otra, de 1701 (Matriti. Apud Viduam
Melchioris Alvarez). Y en otra, ultima de las latinas que consulté, impre¬
sa también en Madrid, por D. Joaquin Ibarra, el ano 1780. Las edicio
nes castellanas manejadas, fueron: una de 1513 (Valecia, por Jua Naua-
rro), hecha, segün reza la dedicatoria, por un monje de Benifaça de la
Orden de Cistel: otra, de 1571 (En Salamanca, Alejandro de Canova).
traducida con algunas anotaciones por Fr. Juan de Robles, abad del
monasterio salmaticense de San Vicente: otras dos, de 1583 (ambas por
Lucas de lunta, en Salamanca), una de ellas, preparada por el mismo
abad Juan de Robles, y la otra, con un catálogo de las figuras más sa¬
lientes de la Orden benedictina: y finalmente, una de 1780, impresa en
Madrid por D. Joachin Ibarra.
(97) Obra citada, párrafo 100, del tomo III (Los Cluniacenses en Espa¬
na). Dom Ursmer Berlière en la Revue Bénédictine (1894, pág. 107), al
estudiar Les Monastères de l'Ordre de Cluny, dedica el párrafo 2. á la
Province d'Espagne y afirma que, en efecto, datan nuestras primeras re
laciones con Cluny, del tiempo del gran Sancho de Navarra.
(98) Revue Bénédictine. P. Cucherat, ha estudiado también Cluny
au XI siècle; son influence religieuse, intellectuelle et politique (2.2 edición.
Autun. Dejussieu, 1873).
(99) Die Cluniacenser in ihrer Kirchlinchen und allegemeingeschichli
chen Wirksamkeit bis zur Mitte des elften Jahrhunderts (Niemeyer, 1892).
En tres volûmenes ha publicado Pignot la Histoire de l'Ordre de Cluny.
Para los monasterios espanoles en particular, es magistral el estudio
publicado por Ulysse Robert en el Boletin de la Real Academia de la His¬
toria (xx, ano 1892), bajo el titulo, Etat des Monastères Espagnols de l'Or¬
dre de Cluny, aux XIlle . XVe siècles, d'après les Actes des Visites et des
Chapitres Généraux.
(100) «Antiquiores Consuetudines Cluniacensis Monasterii. Col-
lectore Udalrico monacho Benedictino» (tomo CXLIx de la Patrologia
Max-Planck-Institut fü
les y Politicas
RealAcad
tsgeschichte
päische