DISCURSO
DEL SENOR
DON FELIPE CLEMENTE DE DIEGO
SENORES ACADÉMICOS:
Si la gratitud no obligara å tanto, tened por seguro que
este acto no hubiera llegado. Siempre me consideré inferioi
en mucho à lo menos que puede exigirse para estar entre
vosotros, y jamás hubiera atravesado los umbrales de esas
puertas, que sólo se abrieron al verdadero y bien probadc
mérito. Hicisteis una excepción conmigo, movidos de vuestro
afecto hacia mi, pensando, sin duda, más que en lo pasado y
en lo que hice, en lo futuro y en lo que pudiera hacer, y no
era justo que por siempre os dejara bajo el peso de aquel acto
de elección en que una benevolencia extrema obscureciera y
perturbara con halagüena unanimidad vuestro juicio. Y pues-
to que lo quisisteis, yo también lo quiero; modesto y sumiso
discipulo antes, ahora y después, de tantos preclaros maes¬
tros como en esos bancos se sientan, la reverencia que les
tuve y guardo y el profundo respeto y singular reconoci¬
miento que todos me inspiráis, excusen mi atrevimiento de
presentarme ante vosotros á recibir el galardón que con tan¬
ta largueza me otorgasteis.
Además de estas razones de carâcter personal y subjetivo
que me empujaban á este acto, porque desconocerlas ô me¬
nospreciarlas hubiera sido insigne descortesia ó ingratitud
ppäische Rechtsgeschicht