DISCURSO
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poco, bandera en enconadas luchas, por desdicha latentes,
actuando, en no pocas ocasiones, como agitador de ideas y
sembrador de tormentas, en el Parlamento sobre todo. Tor¬
mentas que no estallaban siempre del mismo lado. Unas ve¬
ces la violenta protesta contra el tribuno y politico venia de
las extremas derechas, que un tiempo vieron en él un supre¬
mo peligro, allá, cuando con elocuencia fogosa dirigia su
famoso Ilamamiento å las honradas masas, para que presta¬
ran acatamiento y apoyo å la Restauración,y defendia la dis
cutida doctrina de la «hipótesis»; otras veces la tempestad es
tallaba del lado de los liberales, que consideraban al diputa¬
do asturiano, es pecialmente en sus primeros tiempos, como
un adversari o temible en el Parlamento y en el Gobierno, y,
en todo tiempo, desde las trincheras del influjo politico, que.
como nadie, sabia utilizar, el un dia gran apóstol de la uni
dad católica.
Y si para cualquier espanol de su tiempo, que de cerca ó
de lejos haya curioseado en la politica prâctica, es dificil
apreciar serenamente la saliente personalidad del elocuente
tribuno, que supo medirse con las más grandes de nuestre
Parlamento, todavia lo es mås para un hijo de Asturias, don-
de el politico tenia y tiene su leyenda, como todas las leyen¬
das mezcla de verdad y de positivas exageraciones, que sólo
el tiempo podrâ cerner y aquilatar.
Era, por lo demás, D. Alejandro Pidal y Mon, un politico
de raza: por ambas ascendencias le venia á él la sugestión y
el ejemplo del politico luchador, hábil y dominante, como
cumple al politico asturiano, del régimen constitucional, par
lamentario y doctrinario, quiero decir, acomodaticio. Decia
Leopoldo Alas, que el régimen parlamentario, tal como en
Espana lo hemos entendido y practicado, parecia hecho para
el caråcter asturiano, adaptable, travieso, pråctico, ponde-
rado y calculador, aun bajo exterioridades violentas y apa-
sionadas. Verdaderamente, la evolución y el procoso de
nuestro régimen constitucional, no podria explicarse sin la
intervención teórica y positiva de los asturianos de la mejor
Max-Planck-Institut für
Real/
ales y Politicas
äisch
echtsgeschichte