DEL EXCMO. SR. D. RAFAEL CONDE Y LUQUE.
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critos, uno de los cuales, que publicó contra el anglicanismo,
fué quemado publicamente por la Inquisición protestante en
Londres y en Paris. Además, lo caracteristico de la Compa¬
nia se acomoda å maravilla å la indole de Suárez. La vida
interior, la meditación y el estudio, y, sobre todo, la discipli¬
na de la voluntad impuesta por San Ignacio, y reglamentada
por el talento organizador de Laînez, no podian menos de
atraer al neófito de Granada, cuya contextura moral se ajusta¬
ba à reglas, por decirlo asi, matemâticas.
De extranas y à primera vista insuperables dificultades,
hubieron de sacar à Suárez la energia de su voluntad y el pre¬
sentimiento de sus destinos. El temple militar que San Igna¬
cio dió á su Institución, harto visible ya en el nombre de
Compania, se manifestaba también en sus Constituciones, una
de cuyas reglas exige on los aspirantes buena salud y acre¬
ditar algun talento, ó sea, elementos necesarios para la lucha;
y por desgracia, de entrambas cualidades carecia Francisco
Suárez; aquejábale desde su infancia crónica enfermedod del
pecho, y tan notoria parecia su escasez de entendimiento, que
era objeto de burla para sus condiscipulos y dolorosa confu¬
sión para él, hasta el punto de haberse resuelto á pedir hu¬
milde y resignado à sus superiores que le relevasen de la
obligación de estudiar, incluyéndole en el grado de coadjuto¬
res temporales, ó sea hermanos legos destinados à oficios ma¬
nuales. Pero continuó trabajando, y à poco, con general
asombro, aparecieron sûbitamente su inteligencia y su me¬
moria portontosas, de tal modo, que en el curso siguiente se
le encomendó una câtedra de Artes.
El caso no era nuevo; algo parecido à esto le ocurrió al
Buey mudo de Sicilia, y yo recuerdo que Balmes decia: «des¬
de los diez y siete á los diez y nueve anos exporimenté en mi
cabeza un cambio extraordinario: veia mâs claro». Sólo que
en Suárez parece que la mudanza fué mås rápida. Misterios
de la psicologia. Un biógrafo suyo lo cuenta de la manera si¬
guiente: «Suârez redoblaba su trabajo y el fervor de sus ora¬
ciones para obtener los dones de la inteligencia. Pasó algûn
Max-Planck-Institut für
ncias Morales y Politice
leal A
uropäische Rechtsgeschicht