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DISCURSO
discurria y abriendo derroteros al mercantilismo, à las con¬
veniencias de partido, à las aspiraciones de clases, y lo que
es peor, à la codicia y la ambición personal. Fuera insensato
empenarse en que tan grande revelación del sentir de un
pueblo, acertase á sustraerse á la dirección que el mismo
pueblo habia de imprimirle, y asi resulta que por su incon¬
secuencia y su versatilidad, por su injusticia y su artificio,
es espejo donde puede contemplarse el pais á quien sirve,
que pues la paga y la fomenta sin protesta, ó acopta lo que
dice, ó consiente, y es peor, lo que sin sentirlo le atribuye.
Y naturalmente; cuando à diario los despechados por el
trato de la prensa (que los bien tratados tienen siempre acen¬
tos de ternura para juzgarla), se indignan y protestan de la
influencia perniciosa que en la opinión ejercen campanas de¬
moledoras, olvidan que aquélla no es el generador de los
sentimientos y de los pensamientos de un pais, sino el mero
reflejo, el simple medio de revelar sus gustos, sus aficiones,
sus virtudes y sus vicios. Cierto que en algunas Naciones la
inconsciencia ó la pereza del discurrir, deja á diario la hoja
en blanco para que à su capricho la cubra el primer ingenio
anónimo y obscuro de una redacción; pero, zpor dónde
puede prometerse nadie que à tan modestas como incapaces
manos, quede legitimamente atribuida la alta función edu¬
cadora del sentimiento y del pensamiento nacional?
Habrá que resignarse mientras los pueblos no se edu¬
quen, y educados se asocien, y asociados, con la conciencia
del deber y de la ciudadania, emitan su opinión y pongan
diario correctivo à las extralimitaciones del poder, á dejar
sus actos á merced de la justificación de los que le adminis¬
tran, lo cual no es dificil; pero habrán de desplegar gran en¬
tereza y energia para sustraerse å los halagos, à las censuras
y à las imposiciones de la audacia, lo que ya no es tan fácil.
Y jüzguese del gran peligro que corren las Naciones
cuando se distribuyen cargos y funciones de arriba abajo, no
entre los mâs aptos, ni entre los más cultos, sino entre los
deudos de los gobernantes y los mimados de la fortuna. El
Max-Planck-Institut für
as Morales y Politica.
uropäische Rechtsgeschichte