DISCURSO
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pios» (1). Bien se echa de ver que esto no ha de hacerse por
via mansa y pacifica, sino que ha de ser obra de la gran
catástrofe que espera la anárquica y disolvente doctrina sin¬
dicalista; pero, como dice acertadamente Guy-Grand, no es
el espectro de la batalla la idea motriz de la masa obrera,
sino el botin que se ofrece, esa toma de posesión à que
alude Pouget, la utopia en que se desdobla el mito. Dejé¬
monos, pues, de palabras enganosas; eso no es un mito, es
la consagración de la fórmula salvaje homo hominis lupus,
de Hobbes.
Réstame, para completar la exposición de esta doctrina,
decir algo acerca de la Patria y del Ejército en el concepto
sindicalista, y de la moral de los productores, ó sea la moral
de la Escuela Nueva.
El simplicismo de dicha doctrina, basada toda ella en la
producción, en la necesidad de producir para vivir—que no
excluye à nadie, sino que á todo el mundo comprende—, ne¬
cesariamente lleva à la negación de la Patria y del Ejército;
y asi es, en efecto. El sindicalismo no ha vacilado en este
punto, y desde su aparición con Pelloutier, declaróse sin Pa¬
tria y enemigo del Ejército: «proscritos—dice—del partido
socialista, porque no menos revolucionarios que Vaillant y
que Guesde, y tan resueltos partidarios de la supresión de
la propiedad individual, somos además lo que ellos no son:
rebeldes à toda hora, hombres sin Dios, sin amoy sin pa-
tria, enemigos irreconciliables de todo despotismo, moral ó
material, individual ó colectivo, es decir, de leyes y de dic¬
taduras, y amantes entusiastas de la propia cultura. Limpios
de toda ambición, pródigos de nuestras fuerzas, dispuestos
à responder con nuestras personas en todos los campos de
batalla, después de haber zurrado à la policia y ultrajado al
Ejército, emprendemos de nuevo impasibles la obra sindical,
(1) E. Pouget, La Confédération générale du travail. («Bibliothèque
du mouvement prolétarien», II, pág. 49.)
Max-Planck-Institut für
eal A
europäische Rechtsgeschichte