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DEL EXCMO. SR. D. MANUEL DE BURGOS Y MAZO 
Quién puede negar, pues, el intimo enlace de la biologia 
con la sociologia? 
A la biologia, por lo tanto, hay necesidad de recurrir à 
fin de que el examen del ciclo de las sociedades politicas 
halle fundamentos firmes y facilidades inmensas para expli¬ 
car muchos de los fenómenos sociológicos y politicos que 
plantean ante los sabios y los hombres de Estado conti¬ 
nuos y transcendentales problemas. Estudiemos sólo algunos 
casos. 
Hasta los trabajos de los mecanicistas informados por el 
mås vivo materialismo son para nosotros de suma utilidad, 
va que sus investigaciones sobre la materia han ensanchado 
la esfera de los conocimientos del hombre acerca de ésta y 
ella es uno de los elementos del compuesto humano y de la 
trilogia social. 
3Y cómo no hemos de reconocer el valor inapreciable de 
muchas de las leyes biológicas defendidas por Darwin? Las 
consecuencias finales que él deduce son falsas; indudable: 
por no abarcar la cuestión entera, por no plantear el sistema 
completo en sus términos, por no examinar mâs que algunas 
de sus fases, el error de su solución y de los principios que 
deduce como consecuencia es evidente; pero también lo es 
que en muchas de esas fases los fenómenos que analiza y las 
leves que ellos hacen deducir, presentan caractères de ver¬ 
dad, y que la concepción darwiniana por lo extensa, lo armo¬ 
niça y lo profunda, no sólo delata á un entendimiento de pri¬ 
mer orden, sino que constituye uno de los sistemas mas 
dignos de admiración y de estudio, siendo ya muchos los ca 
tólicos que admiten y sostienen una buena parte de las doc 
trinas biológicas de Darwin, purgadas, claro es, del virus 
materialista y mecanicista que las impregna. 
De mi sé decir que no ignorando, por ejemplo, las graves 
objeciones que dirigen sabios muy eminentes contra la teo¬ 
ria de la Pangenesia desenvuelta por el insigne pensador 
naturalista, la estimo como la más acabada, la que mejor ex 
plica, de quantas hipôtesis conozco, el misterioso fenômeno 
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ales y Politicas 
europäische Re 
itsgeschichte