DEL EXCMO. SR. D. FÉLIX DE ARAMBURU Y ZULOAGA 729
los pueblos, al igual de los individuos, han menester de equi¬
paje para viajar por tierras ignotas ó mal conocidas, y aun
llega à dar por verosimil, si no por irrefragable, que no re¬
pugna al progreso reproducir conscientemente lo que un
tiempo fué creación espontánea de la vida ó mera intuición
sugerida por la necesidad!
Y he aqui por dónde, á cualquier parte que acierto á con
vertir mis ojos, siquiera tan fatigados y torpes, descubro
motivo de solaz y de aplauso, y llego al final de mi laborioso
empeno, testimoniando aquello mismo con que hube de ini¬
ciarlo: la declaración del anejo y siempre juvenil afecto. Con
él saludo entranablemente al ilustre maestro de arduas in¬
vestigaciones juridico-sociales, y como vosotros, cuantos
presenciáis este solemne acto, habéis ya de antemano con
vuestra acertadisima elección mostrado la completa confian
za que tenéis en el valor del elegido, estáis harto seguros de
que el ingreso del Sr. Urena en esta Real Academia nos ga
rantiza una colaboración importante y una ayuda en extre-
mo eficaz, permitidme que reuna el comûn sentir, cálido y
sincero, en estas palabras finales:
Recibid la enhorabuena mås cumplida, y sed bien veni¬
do à esta docta Casa!
Max-Planck-Institut fü
Real Aca
ias Morales y Politicas
uropäisch