DISCURSO
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mente, muy extendidas en Espana (1) y tienen en contra
suya, salvo ligeras excepciones, la opinión misma del Magis¬
terio. En todo caso, es indudable que deberian desaparecer,
con sólo que adoleciesen de uno cualquiera de los defectos
apuntados. Sumando los tres, con mayor razón todavia; y
aun pudiera anadirse el de que quizá fuesen obstáculo algu¬
na vez á la reducción del nûmero de alumnos en cada Es¬
cuela hasta el máximo tolerable en buona pedagogia, puesto
que disminución de alumnos supone disminución de emolu¬
mentos. Sustituir este factor variable por el fijo de un suel¬
do determinado, será siempre eliminar posibles resistencias
para aquella aspiración de todo sistema educativo racional.
Se argüira á todo lo dicho que hay comarcas en que las
gentes creen necesario retribuir directamente al maestro y lo
hacen espontáneamente, incluso con insistencia, sin conside¬
ración al mayor ó menor sueldo de aquél. Pero la existencia
de esa costumbre y de la creencia on que se basa no son ar¬
gumentos bastantes para deshacer los inconvenientes de tales
retribuciones.
Sin duda, la ley no puede impedir á nadie que haga una
donación; pero cuando la donación puede ser perturbadora,
se impone el corregirla ó, cuando menos, no sancionarla y
difundir sus defectos. A mi juicio, además, las gentes que tal
hacen demuestran carecer del concepto del Estado, grande ó
chico. El Estado tiene el deber de pagar la escuela publica,
y el ciudadano, de cuyas aportaciones tributarias se paga, el
derecho de obtener la ensenanza gratis, sin que deba abonar
dos veces un servicio, porque holgaria una de las dos. E
igualmente demuestran carecer de todo sentimiento demo¬
crâtico, porque creer que habrá ambiente de igualdad en
(1) Su foco principal está en Cataluna, con proyecciones hacia Valen¬
cia, Baleares, Murcia, León, Santander, Oviedo, y algunas otras provin-
cias. Pero ya se inicia la tendencia å sustituirlas por retribuciones conve-
nidas paulatinamente. Del Ayuntamiento de Barcelona, v. gr., han salido
indicaciones de este género, con aplicación à las nuevas Escuelas gra¬
duadas.
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