DEL EXCMO. SR. D. ANTONIO GARCIA ALIX
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éste de la esperanza consoladora y extinguiendo en las almas
la aspiración å la inmortalidad.
»Entendimientos graves, al ver este espectáculo repugnan¬
te y creyendo normal semejante estado patológico, culpaban
à la sociedad y pensaban en trastornar las bases en que ha¬
bia estado asentada por espacio de cien siglos para reconsti¬
tuirla al vapor. Sus escritos excitando la febril impaciencia
del vulgo le hacian prorrumpir en imprecaciones y prepa¬
rarse à una explosión en la cual los que nada tenian entra¬
sen en posesión de los bienes de los ricos, adquiriendo cada
uno la mayor dosis posible, no de razón y de moral, sino de
goces materiales.
»De esta inmoralidad se atribuia toda la culpa al Gobier¬
no, el cual, en las arterias de que se veia obligado à usar
para ganar las elecciones, en las condescendencias que de¬
bia tener con sus favorecedores y amigos, en la precisión de
interesar à grandes y pequenos en su propia duración, de
todo se cuidaba menos de la virtud. La masa máâs sana,
que quiere paz y orden ante todo, los indiferentes que her¬
mosean la pereza con el nombre de moderación y los intere¬
sados en mantoner sus ompleos, sus pensiones, sus puestos
en Palacio ó en las Cámaras, pedian que se consolidara
aquel dominio; pero lo pedian débilmente, mientras los par¬
tidos le combatian con inaudita actividad. El Poder combati¬
do por la imprenta y por la calumnia, libérrimas y provoca¬
doras, por los refugiados de todos los paises, por los porió¬
dicos estrepitosos conductores de la electricidad revolucio¬
naria, aponas podia, no ya predisponer los acontecimien-
tos, sino mantener su vacilante situación.»
Si esta fotografia, hecha por historiador tan eminente
como Cantû, retrata de una manera acabada la situación po¬
litica y social de un pueblo, y pone de manifiesto las impre¬
visiones, las flaquezas y las debilidades de un Gobierno; si
hoy, sin citar el origen ni consignar la referencia, apareciera
como juicio critico de otros Estados después de haber trans¬
currido más de medio siglo, no seria aventurado afirmar
Max-Planck-Institut für
eal Academia de Ciencias Morale
europäische Rechtsgeschichte