DISCURSO
DEL EXCMO. SR.
DON JULIAN GARCIA SAN MIGUEL
SENORES ACADÉMICOS:
Gracia superior à mis merecimientos es la que me otor¬
gáis abriéndome las puertas de esta ilustre Corporación y
concediéndome asiento entre vosotros, que honráis á la Cien¬
cia por vuestra sabiduria y å la Nación por los relevantes
servicios que la habéis prestado y por vuestro indiscutible
patriotismo. Asi que, al contemplar mi escaso valimiento à
vuestro lado, me siento cohibido por el inmerecido honor que
me dispensáis, estimándole como el puesto mâs condiciado y
la distinción mâs preciada à que puede aspirar el hombre
pûblico que consagra sus limitados conocimientos al estudio
de los problemas que pueden influir en la vida del Estado y
determinan el progreso y bienestar de los pueblos.
Y es mayor aùn mi gratitud por haberme elegido para
reemplazar à un esclarecido Académico de las extraordi¬
narias dotes que enaltecian al Excmo. Sr. D. Francisco
Romero y Robledo, à quien la muerte arrebató prematura¬
mente, dejando entre vosotros imperecedero recuerdo, y un
vacio que no pretendo llenar, aunque me hayáis designado
para sustituirle, y como si quisierais agrandar con mi peque¬
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