Full text: Guisasola Menéndez, Victoriano: Tesis: El principio de autoridad: su origen, caracteres y relaciones

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DISCURSO 
de las que depende por modo importante la vida de los pue¬ 
blos, hallaron siempre en él una mirada laboriosa, perspicaz 
y serena para su examen y resolución. Prueba de esto fué 
la constante intervención que tuvo en el Parlamento cuando 
se discutian tales cuestiones. Los Bancos de emisión, presu¬ 
puestos del Estado, Deuda flotante, colonias agricolas, juris¬ 
dicción contencioso-administrativa, circulación fiduciaria, 
ley del Timbre, régimen arancelario, zonas fiscales: he ahi 
los temas favoritos de sus discursos en las distintas legislatu¬ 
ras. No prestó, en cambio, atención à esos debates puramente 
politicos, cuyas consecuencias más prâcticas suelen ser cal¬ 
dear el ambiente, encizanar las pasiones y dificultar la obra 
legislativa de las Cámaras. 
No se crea por esto que el ilustre difunto era hombre frio 
y positivista. Todo lo contrario: fué de creencias y sentimien¬ 
tos los mâs firmes y arraigados, que ni el tiempo ni las tur¬ 
bulencias politicas amenguaron; pero no puso jamås junto à 
la idea del convencido la pasión del sectario, ni midió el bien 
de la Patria en el estrecho molde de los intereses personales. 
Espiritu recto y austero, no conoció esas harto frecuentes 
habilidades del movimiento oblicuo para llegar por escon¬ 
didas veredas à la consecución de los fines, ni menos se le 
ocurrió enviar delante à la injuria como avanzada de las 
ideas. 
Manifestación hermosa y clara de esta alteza moral hizo 
el Sr. Concha Castaneda en las primeras Cortes de la Res- 
tauración, al elaborarse la Constitución vigente: en aquella 
ocasión memorable, en que la disciplina de los partidos poli¬ 
ticos era tan severa, se creaban nuevos intereses y se abrian 
horizontes para toda clase de aspiraciones, no vaciló un 
momento en defender las convicciones más intimas de su 
alma, à pesar de todos los lazos politicos, y dando de mano 
à todo linaje de interesadas consideraciones, fué su defensa 
de acento tan noble, elevado y sincero, que no pudo menos 
de conmover todos los ánimos. «No creais, senores senado¬ 
res—decia en la sesión de 3 de Junio de 1876, defendiendo 
Max-Planck-Institut für 
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas 
europäische Rechtsgeschichte
	        
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