DISCURSO
652
de Dios, del conocimiento verdadero de nuestra perpe-
tua limitación y de nuestra eterna ignorancia, se creyó
capaz de formar una sociedad marcada con el sello del
discurso y presidida por la débil é impura imagen de
la Razón; olvidando el hecho triste, pero verdadero,
de que "ni nuestro entendimiento ni nuestro corazón
son la regla de la realidad.
En vez de procurar la armonia y el acuerdo entre
ambas autoridades, la politica y la religiosa, nada ha
perseguido con mayor tenacidad el espiritu revolucio-
nario, que la fe católica y la autoridad de la Iglesia.
Las consecuencias de este error funestisimo han sido
privar à las sociedades, no sólo de ese verdadero y efi¬
cacisimo viâtico que se Ilama fe en Dios y esperanza
en otra vida, sino también del más poderoso auxiliar
de toda autoridad humana.
Los impulsos primeros de todo hombre le Ilevan à
subordinarlo todo á lo que considera su propio bien. Se
hadicho, con verdad, que el nino es naturalmente
egöista. Los sentimientos desinteresados suponen un
desarrollo considerable de las facultades intelectuales
y afectivas. Por esto hay individuos y hay razas infe-
riores que no salen nunca de ese primer periodo de cul¬
tura humana. Hay, además, caracteres marcados por
1 «Preciso es respetar, dice Taine, no sólo los principios, sino hasta
los prejuicios de su raza; no tomar como medida de los intereses del Es¬
tado ni las exigencias lógicas de nuestro entendimiento, ni las nobles nece¬
sidades de nuestro corazón, porque ni nuestra inteligencia ni nuestro
corazón son la regla de la realidad.» Hay en estas palabras de Taine un
fondo de verdad perfectamente aplicable al objeto de nuestro discurso;
pero si se les diera un valor absoluto habria que renunciar à todo ideal y
à toda noble aspiración. Si no se ha de caer en el desaliento y en un mor-
tal escepticismo, hay que reconocer que la Realidad verdadera se refleja
en nuestro entendimiento y en nuestro corazón, y que en los relámpagos
de la mente y en las palpitaciones de nuestro pecho hay algo más que una
fosforescencia fortuita ó un fenómeno biológico puramente material.
Max-Planck-Institut für
Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte