Max-Planck-Institut für
äische Rechtsgeschicht
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CONTESTACIÖN
alma, ni en la eternidad de las penas, poco efecto le
pueden hacer las reflexiones de la moral filosófica para
disuadirle del suicidio cuando lucha con el dolor y la
desesperación. Lo extrano es cómo no se matan más
cuando padecen fisica ó moralmente, sin esperanza de
alivio y sin el temor de la eternidad.
También es indudable que aumenta la civilización
material y las mejoras y comodidades de ella y de la
vida; pero, en cambio, no ha mejorado la educación, y
ésta va de mal en peor; pues la educación no corre pa-
rejas con la instrucción. La moral religiosa, aunque à
veces no todo lo buena que debiera ser, suplia por la
educación. Hoy dia, decaida aquélla por la persecución
del catolicismo, la educación popular y la doméstica
han bajado mucho, y con ella el respeto á la autoridad,
à la propiedad y å la honra ajena. Ahora no basta un
batallón para sostener el orden con la intimidación y
la fuerza, donde antes bastaban cuatro miqueletes para
sostenerlo é imponer á los malhechores en una pobla¬
ción y su comarca. A la menor reconvención luce la
navaja, tras la blasfemia y la palabrota soez; y àcòmo
ha de ser respetada la autoridad silbada en circos,
puesta en caricatura en todas las puertas de los cafés y
librerias al lado de las obscenidades más groseras? gY
esto es civilizacion?
El patriotismo ha bajado mucho: hoy no haria Es-
pana, quizá, lo que hizo en 1808, dividida y fracciona-
da como está, y vejada por el caciquismo, el positivis¬
mo y el indiferentismo. Si entonces los volterianos casi
todos se afrancesaron, équé harian ahora, dado el mo¬
derno indiferentismo?
El cosmopolitismo grita: " Ya no hay fronteras!, Las
ideas socialistas y anarquistas avanzan con las privacio-
nes y la falta de trabajo, y los librecambistas acaban
de extinguir los ultimos restos del apego al terruno.
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