DEL SR. D. JOAQUIN SÄNCHEZ DE TOCA
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cheros; pero en lugar de aliviar al contribuyente, derro¬
charon la Hacienda y desquiciaron los servicios publi¬
cos para dar colocación y fácil mantenimiento à las
numerosas clientelas de su séquito. Parecian destina-
dos por la naturaleza á desempenar en el seno de las
naciones una función de alta ensenanza y educación
politica; nunca, en efecto, han tenido las naciones una
câtedra tan bien dispuesta para dar á los pueblos la
ejemplaridad y la doctrina politica como la que el
Parlamento, con la publicidad de sus debates, propor-
ciona al Presidente del Gabinete; de lo que diga ó
haga desde esta gran cátedra el Presidente del Consejo
depende que el tono general de la vida politica tome
acentos de grand eza ó caiga al más bajo nivel de vul¬
gares empirismos, y lo que es peor todavia, á profunda
degradación del sentido moral. Pero á esta función
educadora de la clase gobernante es à la que peor han
atendido los Parlamentos; si hubo algün Presidente del
Consejo que fué gran maestro de doctrina, no hay para
qué recordar lo que han ensenado los más. Y á su vez
los mismos partidos parlamentarios, si no levantaron
programas de gobierno que correspondieran à las nece-
sidades reales del pais, establecieron cátedras de inmo¬
ralidad en las alturas en que viven los poderes oficiales;
trataron como vil materia de subastas y comercios
electorales á la administración, á la justicia civil y cri-
minal y à todo el régimen politico. Por ültimó, los que
alli contienden, obcecados por el afån de recoger al
vuelo en cuestiones de politica y aun en las de mera
gramática pretextos de discordia ó materias de disputa,
empenaron su crédito personal en programas reforma¬
dores, con completo olvido de aquella otra advertencia
de Aristóteles, de que en politica las instituciones sue-
len dar resultados contrarios de los que aparentan, de-
fraudando las esperanzas que en ellas cifraban los hom¬
Max-Planck-Institut für
s y Politicas
europäische Rechtsgeschichte