DEL EXCMO. SR. D. CARLOS MARIA PERIER
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demás, segûn se ha visto, y que como todas ha de ser
respetada y protegida por la personalidad suprema, el
Estado. Si tal no sucede, flaco será el cuerpo y floja la
vida de la sociedad. Y cuenta que esta doctrina, sobre
ser fundada en razón notoria, no podrá ser tachada,
ni de opresora por un lado, ni de peligrosa al Estado
por otro; porque, probado está que, si enfrente de las
demasias del poder nadie resiste mejor que las perso¬
nas colectivas, otro tanto acontece enfrente de los des¬
enfrenos populares. Tales personas orgánicas llevan
consigo fuerza y cohesión; y claro es que, si se destru¬
yen, ha de sobrevenir disgregación y flaqueza.
Con harta distinción puede alcanzársenos ya lo que
dan de si las sociedades, cuando, como si dijéramos,
quedan arrasadas en sus centrales regiones, y borra-
dos en ellas los organismos juridicos y sociales, que
pudiéramos Ilamar intermedios. Alli en donde á tal
punto se raya, quedan tan sólo, rinendo en aciaga
lucha interminables batallas, las muchedumbres con-
movidas, sin resortes de salvación, y las dictaduras
violentas, sin contrapesos moderadores; es decir, cesa-
rismos de arriba y de abajo, despotismos boyantes
entre gritos de libertad.
Y sucede entonces que los conflictos sociales, cuando
Ilegan, se anuncian con el hierro y el fuego, y se re-
suelven, ó tal vez se agrandan, å canonazos. Y lo
mismo en Repûblicas que en Monarquias bûscase el
asiento del poder en espesuras de bayonetas. Pero,
como ya se dijo en cierta sesión célebre del Senado
francés, " todo se puede hacer con las bayonetas, me¬
nos asentarse sobre ellas,.
1 Discurso del Principe Napoleón en el Senado francés acerca del Se¬
nado-consulto referente å la reforma liberal del Imperio. Sesión del dia
2 de Septiembre de 1869.
Max-Planck-Institut für
pliticas
europäische Rechtsgeschichte