DEL EXCMO. SR. MARQUÉS DE MOLINS.
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No hubo lugar á conceder à nadie la medalla de oro;
sin embargo, Espana logró nada menos que siete pre¬
mios: entre ellos, dos conferidos à las provincias de
Cataluna y á las Vascongadas, por sus fundaciones de
beneficencia, de sociedades de socorro y de otras ins
tituciones especiales encaminadas à mejorar la condi
ción fisica y moral de la población; y los cinco restan¬
tes se dieron á particulares de las de Madrid, Valencia
y Ciudad Real.
Más aun, y de ello existe un testigo de mayor excep-
ción, pues vive aùn por fortuna el jurado especial re
presentante de nuestro pais. Ocurrió que llegó tarde
(cosas de Espana) una relación detallada relativa al
pais euskaro..... y todavia recuerda nuestro comisario
el enojo de Le Play por no poder otorgarle la medalla
de oro.
En aquella liza en que tomaron parte todas las fuer
zas del humano ingenio, à que concurrieron todos los
pueblos, que visitaron todos los Soberanos, hubo tres
hombres que brillaron más que todos los demás: el an
tiguo diplomático medio malagueno Fernando de Les¬
seps, que pone en comunicación los mares y acorta la
distancia entre los continentes; el bumilde discipulo
de San Ignacio Angelo Secchi, que mide y estampa
con maravilloso instrumento las vicisitudes de los me¬
teoros, y que descubre y demuestra la constitución
quimica del Sol; y en fin, Federico Le Play, que for-
mula la eterna y universal constitución de la sociedad
humana, las necesidades y afectos del hombre, cria-
tura intermedia entre la tierra de que está hecho su
cuerpo y el cielo á que aspira su alma.
Le Play, respetado de todos, no tanto porque era
el jefe y principal organizador de aquella maravilla.
sino porque eran à la sazón de todos conocidos sus
lejanos y fatigosos viajes, sus constantes y arduos
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
uropäische Rechtsgeschichte