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CONTESTACIÖN
de 20 francos la hectárea, sin que por eso quepa la com¬
petencia, porque el labrador de Omaha no paga im¬
puestos, ni se halla sujeto al servicio militar!
De lo propio nos resentimos en nuestra patria con
respecto á la importación de granos, à pesar de ser
éste uno de los productos más abundantes en la Penin
sula. No nos hallamos, sin embargo, en el mismo caso
de Francia, en donde segun los datos de M. de Gran-
cey, siendo el precio ordinario del quintal de trigo en
Marsella el de 25 francos, llega ya á aquel puerto à
venderse el de la India al de 10. Este tipo es para nos-
otros alarmante, puesto que las noticias corrientes pu-
blicadas en los periódicos de Valladolid, que princi¬
palmente se ocupan en asuntos de esta especie, como
son: El Norte de Castilla y la Revista Mercantil, indican
que en el ultimo mes de Septiembre las 94 libras cas¬
tellanas de trigo valian cuando menos 7,50 pesetas
en Vitigudino y Sepulveda, y 10,13 en Palencia; es
decir, casi lo mismo que el de la India, después de un
largo viaje en un puerto de Francia, mientras que los
precios del de Espana son de los centros más produc¬
tores.
No hemos de entrar en grandes detalles, por no sei
momento oportuno, pero si convendrá decir que en As
turias, donde el maiz es una de las semillas mås abun
dantes, se ofrece el fenómeno de que cuando la cose¬
cha es corta ó nula, su precio es mâs bajo que cuando
aquélla es buena, pues entonces cesa la importación,
y adquiere el maiz más valor. Äsi, fijándonos en Gijón,
se ve que el precio medio de los 100 kilos de maiz del
pais, suele ser de 21 pesetas, cuando no entra del ex¬
tranjero, ó sea sobre todo de los Estados Unidos, y que
cuando sucede lo contrario, se reduce al del americano
1 Le Correspondant, tomo CVII, pâg. 1003.
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte