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DISCURSO
es indiferente á sus destinos, ni permanece estaciona¬
ria, ni se muestra indolente y desdenosa á semejanza
del " nono nieto del Rey Chico, que el gran Jovella
nos pinta.
................«en siete varas
De pardomonte envuelto, con patillas
De tres pulgadas afeado el rostro,
Magro, pálido y sucio, que al arrimo
De la esquina de enfrente nos acecha
Con aire sesgo y baladi » 1.
Afortunadamente, no son ya esos los rasgos predo-
minantes del carácter espanol: nos hemos levantado y
caminamos, y quien avanza llega. Poniendo siempre la
mira en el porvenir, no nos atormentarà el recuerdo de
pasadas grandezas, ni consagraremos estériles afanes
à repasar titulos nobiliarios, aislándonos en nuestro
solar, hoy que la corriente universal nos arrastra à la
comunicación con todos los pueblos del mundo.
Muchas veces, meditando yo sobre las causas de¬
terminantes de la prosperidad ó de la decadencia de
nuestra nación, he creido advertir que su situación
geográfico-politica constituia un factor natural de
importancia suma, segûn los tiempos y las circunstan
cias. Mas jes esta una verdad tan palmaria que excuse
comprobación? No: lo reconozco; y de ahi mi propósito
de someter á vuestro ilustrado criterio algunas obser
vaciones sobre la influencia de las costas y fronteras
en la politica y en el engrandecimiento de los Estados.
Comprenderéis, desde luego, que no he de desarrollar
mi pensamiento en toda su extensión, porque eso me
Ilevaria muy lejos y daria à mi trabajo proporciones
extraordinarias: hoy por hoy habré de limitarme à de¬
mostrar esa influencia en nuestra Peninsula, sin hacer
1 Segunda epistola å Arnesto.
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte