DISCURSO
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Montano, y de los Soto y Sánchez y Molina. Temas
son esos que recuerdan el célebre coloquio de Poissy y
los esfuerzos titánicos del Padre Láinez, y cuya lec
tura persuade de que la época presente conserva aun
civilización y se niegan à reconocer sus extravios, que se detengan y re-
paren. Ella va sin duda camino del porvenir; pero no se acompana de lo divi¬
no, y si sigue marchando sin Dios, sin virtudes, sin creencias, pronto vendrån
sobre ella tinieblas, silencio y lastimosa muerte.,
En 5 de Junio tomó entre vosotros asiento el Excmo. Sr. D. Antonio Cánovas
del Castillo, habiendo dado gallarda muestra de sus excepcionales condiciones
en el discurso á que contestó el Sr. Cos-Gayón, sobre la tesis anunciada en el
texto en penultimo lugar. Este trascendental asunto, especialmente en nues-
tra edad, es, sin duda por vivir entre dos mundos, tema favorito de los espa¬
noles que aman todo lo grande y poderoso.
En la imposibilidad de abarcar, extractar ó resumir, en breve periodo, tan
magistrales disertaciones, sólo haremos notar que las dos naturalezas del
Sr. Cánovas del Castillo están claramente determinadas en este párrafo, con
que concluye después de haber acotado á Herbert Spencer: "Y vosotros y yo,
senores, quizás con eso sólo nos contentariamos ya: con que se respetasen los
tradicionales principios de las ciencias morales y politicas, hasta el dia que
demuestre la investigación empirica, no ya la verdad de sus hipótesis en
general, sino que es siquiera posible construir y conservar la sociedad humana
sin creer en el espiritu, en la razón, en la ley moral, en Dios, como hasta aqui
han creido, salvo excepciones rarisimas, todas las gentes civilizadas., Y es
natural, que de acuerdo con tan ilustre pensador, conviniese el Sr. Cos-Gayón
en que "la moral sin dogma no seria mås que una justicia sin tribunales, y en
que "una conciencia sin Dios es un tribunal sin juez. La luz de la conciencia
no es otra cosa que la reverberación de la idea de Dios en el alma del género
humano;„y agregase: " La historia sin Dios, el individuo humano sin libertad,
el Derecho sin moral, la moral sin religión, la religión sin fe, dejarian al hom-
bre sin consuelo y á la sociedad sin esperanzas. ,
El ultimo tema citado en el texto fué desarrollado por el Excelentisimo é
Ilustrisimo Sr. Arzobispo de Sevilla Dr. D. Fr. Zeferino González, en un dis
curso de pasmosa erudición filosófica, escrito en presencia de las opiniones de
los autores más respetables de todos los paises y de todos los tiempos, y el cual
termina à manera de sintesis, con esta afirmación: "Cuando llegue ese dia feliz
para las naciones ingratas que hoy se apartan del cristianismo, al cual deben
su civilización, reconocerá y confesará el hombre que las ciencias naturales
son un comentario de la verdad revelada; que la historia es la justificación
humana de la Providencia divina, que la filosofia y la religión, sin dejar de ser
distintas, deben marchar en amigable consorcio., A su vez, y discurriendo el
Excmo. Sr. D. Fernando Alvarez en el mismo sentido, y dentro de los mismos
moldes trazados por el ilustre Principe de la Iglesia, insigne filósofo de nues
tro siglo, y una de las glorias de que puede envanecerse Asturias, sostuvo los
principios de la Iglesia católica, apostólica, romana, repitiendo con el Acadé¬
mico electo, que " la historia demuestra que para resolver los problemas so-
ciales es preciso acudir à Dios, à la religión, à la moral y à la autoridad.,
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
juropäische Rechtsgeschichte