CONTESTACIÖN
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que, por medios tranquilos, coadyuven à que cuan¬
tos fian su existencia en el trabajo material, dentro de
las diversas clases que constituyen las fuerzas produc¬
tivas, faltas de organización, salgan del estado de ver-
dadera anarquia en que se hallan y que las abruma;
sin poder esperar, mientras en él permanezcan, mas
que desventuras sin cuento.
En los primeros momentos que sucedieron à la des
aparición de asociaciones denigradas con justo motivo,
por algunos conceptos, y en medio de la ceguedad que
el triunfo de las ideas contrarias produjo, fueron mu-
chos los que creyeron, sobre todo en las naciones en que
la reforma se hizo por completo, que las clases labo¬
riosas iban á disfrutar de una situación próspera en
absoluto, cuyo porvenir se vislumbraba muy próximo.
Habria sido tenido por fatalista, y calificado de una
manera nada ventajosa para su inteligencia, quien se
hubiese atrevido á sostener que la libertad ó emanci-
pación concedida al trabajo podia degenerar en iluso¬
ria mejora y en opresor monopolio; pues también los
hay y los habrá, aun cuando de diversa indole del que
se intentó hacer que desapareciera, mientras otra or-
ganización nueva y completa no reemplace à la que
antes existia.
La sustitución del egoismo de los individuos, en lu¬
ar del de las corporaciones, fué el resultado que se ob¬
servó en no pocas localidades. La vecina nación france¬
sa nos ofrece muchos ejemplos de esta especie, desde
que la Constitución de 3 de Septiembre de 1791 hizo
desaparecer todas las corporaciones de las clases traba¬
jadoras, cuando lo procedente habria sido limitarse à
despojar á sus Ordenanzas de las disposiciones que san¬
cionaban enormes abusos, que la acción de los tiempos
habia ido introduciendo en ellas; por haberse visto el
poder real, más de una vez, obligado á transigir con
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
juropäische Rechtsgeschichte