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DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ GARCIA BARZANALLANA.
la fortuna. Con esto no habrian de quedar abandona-
das en absoluto, al carecer de recursos para cubrir sus
necesidades indispensables; y, por lo tanto, expuestas
à las consecuencias de sus instintos aviesos.
Me refiero á la creación de asociaciones voluntarias
de las personas que, dedicadas al ejercicio de profesio¬
nes ù oficios semejantes, se ligasen con derechos y debe
res reciprocos, aspirando al desarrollo y aun perfeccio¬
namiento de los ramos en que se ocupan; à dispensarse
auxilios mutuos en sus desgracias y necesidades, asi
fisicas como morales; y á tenderse una mano protecto¬
ra, favoreciendo en cuanto tengan de plausibles, de
razonables, y sobre todo, de justos, esos intentos y esos
propósitos, mientras resulten conciliables, como armo¬
nicos, para la masa de la sociedad en general. Opo¬
niendo al colectivismo disolvente, cada dia mås amena¬
zador, la acción bienhechora de la asociación libre, ha
de hacerse comprender á los que son objeto de suges¬
tiones insensatas, que los Gobiernos se preocupan de
su suerte; y que, además de tomar en cuenta el pro¬
greso de la industria, el legislador no prescinde dé
ninguna clase de consideraciones sociales que afecten
à la vida individual; procurando, ante todo, contra la
activa propaganda del socialismo, en sus variadas
manifestaciones, asilos para los párvulos y escuelas de
primera ensenanza, al menos para los adultos, corres¬
pondientes á las clases agremiadas.
No debe cuidarse sólo de ver atendidas las necesidades
materiales, sino de dispensar al espiritu aquellos goces
y satisfacciones que, en los casos de graves penas y de
acerbos dolores, encuentran lenitivo en los principios
que la religión sacrosanta del Crucificado inculca, como
base para que la humanidad pueda realizar sus aspira¬
ciones; haciendo Ilevadera su existencia, mientras pasa
sobre la tierra una vida transitoria, en que, por regla
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Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte