DISCURSO
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pediros la plaza que me otorgasteis, y la consagración
del honor desde entonces obtenido.
«Qué puedo yo deciros para honrar la memoria de
aquel cuyo recuerdo vengo á despertar en este ins¬
tante? Momentos hay tan solemnes, como lo son para
mi los actuales, en que es fácil al sentimiento lo que
encuentra imposible la palabra. Atravesar la vida en
la lucha diaria por el bien pûblico y en el combate con
las pasiones hostiles, provocando el encono de los par¬
tidos, y llegar à su término con el honor ileso y un
nombre por todos respetado, es gloria por si sola bas¬
tante à engrandecer á quien, como D. Alejandro Mon,
tanta influencia ejerció en la dirección de los negocios
del Estado. Pero más dichoso que la mayoria de los
que dedican su inteligencia y sus desvelos al servicio
de la patria, aquel ilustre espanol consiguió unir su
nombre à reforma de tan vital importancia como la
reorganización de la Hacienda pûblica, planteando el
actual sistema tributario. Autor de esta obra de pro
greso y de mejoramiento en nuestra administración,
cuando se extinga, con la vida, el afecto de sus con
temporáneos, las generaciones que nos sucedan repe¬
tirán su nombre con reconocimiento y con aplauso, y
esta Real Academia siempre tendrá á grande honor el
haberle contado entre sus más distinguidos miembros.
Sirvame su recuerdo, aùn reciente y querido, de am
paro y de protección ante vosotros; ique harto pesar
me aflige al sentir rebelde mi exprexión para traducir
en homenaje debido á su memoria la intensidad de los
sentimientos que me embargan evocándola!
Obligado à elegir un tema que sirviera de objeto à
mis observaciones en este acto, senti como encadenada
mi voluntad por los antecedentes de mi vida, que
acaso me recomendaron á vuestros sufragios, y aun por
los fines nobilisimos de esta Corporación, á buscarlo
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Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
uropäische Rechtsgeschie