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DEL SR. D. FR. ZEFERINO GONZÄLEZ
dernos (1). Si D’Holbach y Lametrie representan la ülti-
ma evolución del racionalismo cartesiano, Büchner
Proudhon representan la ültima evolución del raciona¬
lismo de Kant.
Y sucedió entonces, senores, que esa filosofia anticris¬
tiana, que en nombre de la razón y de la ciencia acusa¬
ba à la Iglesia de desconocer la igualdad de los hombres,
la fraternidad universal y el amor de la humanidad, con¬
cluyó por negar esa misma igualdad y fraternidad de los
hombres; concluyó por ensenar y predicar el abandono
y la muerte, por no decir el asesinato de los débiles y
desgraciados. Que esto y no otra cosa representa la ley
darwinista de la selección aplicada á la humanidad, por
confesión de sus más fervientes adeptos (2). Y esta filo¬
trata sólo de establecer y ensenar con toda crudeza la tesis materia¬
lista en el terreno metafisico, cosmológico y psicológico, sino de
desenvolver y aplicar las consecuencias lógicas de la misma tesis à
las ciencias morales, sociales y politicas. En esta parte Dühring tie¬
ne el mérito de la lógica, y sobre todo el mérito de la franqueza y
claridad; pues si ensena el determinismo absoluto, y si niega la li¬
bertad humana, y si condena todo culto religioso, y si acepta y re¬
comienda el socialismo comunista con todas sus consecuencias, la
verdad es que todas estas doctrinas y otras análogas del filósofo ale¬
man, no son mâs que derivaciones y aplicaciones lógicas de la tesis
central del materialismo.
(1) Système des contradic. économ., tomo I.
(2) Sabido es, en efecto, que, segûn Clemencia Royer, uno de los
vicios que deforman nuestra moral religiosa es esa piedad, esa cari¬
dad, esa fraternidad en que nuestra era cristiana coloca el ideal de
la virtud social, y que nos Ileva á dispensar una protección irracio¬
nal á los débiles, á los enfermos, á los incurables, á los malos. Este
vicio, ó sea la protección y cuidados que se dispensan à los desgra¬
ciados de cuerpo ó de espiritu, deben desaparecer, puesto que se
oponen á la ley de selección natural aplicada á la humanidad. Esto
equivale à decir, en buenos términos, que los que se dedican à la
práctica de la caridad en favor de los enfermos y desgraciados de
todo género, cometen pecado contra la naturaleza humana: que el
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