DEL SR. D. FR. ZEFERINO GONZÄLEZ
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causa es una noción sofistica y antiracional (1); que la
teologia, y por consiguiente la realidad objetiva de Dios,
que constituye su objeto y su contenido, es una ficción,
la metafisica y la inmortalidad del alma un sueno, y que
no hay mås Dios ni más religión que la humanidad y su
culto (2).
(1) «Le mot droit doit être autant écarté du vrai langage politi¬
que, que le mot cause du vrai langage philosophique. De ces Deux
notions théologico-métaphysiques l'une est desormais immorale et
anarchique, comme l'autre irrationell et sophistique.»—Comte, Sys¬
tême de polit. posit., Discurso preliminar.
La teoria moral de Littré, el discipulo más fiel y aprovechado de
Comte, se halla en perfecta armonia con estas ideas de su maestro.
Sabido es que, para Littré, el sentimiento egoista y el sentimiento
altruista, 6, si se quiere, el egoismo y el altruismo, representany
constituyen la moral. Y como quiera que para el filósofo francés el
égoismo y el altruismo no son más que evoluciones y aplicaciones
del instinto nutritivo y del instinto sexual, resulta que en realidad
de verdad la nutrición y la generación son los elementos esenciales
y generadores de la moral. Como se ve, el positivismo entra aqui
de Ileno en el terreno materialista, y Littré no tiene derecho à reser¬
vas y distingos en esta materia, sobre todo después de haber escrito
que el cerebro es el organo elaborador de los sentimientos morales, y
después de escribir su estudio para probar los origenes orgánicos de
la moral.
(2) Comte, Système de polit. posit., tomo I y tomo III, passim.
Creo inûtil recordar que esta doctrina de Comte es profesada tam¬
bién por los demás partidarios del positivismo, sin excluir á los me¬
nos exagerados. Asi vemos, por ejemplo, à Littré, que nos dice çon
toda gravedad que «todo el trabajo de la ciencia ha tenido por resul¬
tado demostrar que no hay lugar en parte alguna para la interven¬
ción de los dioses de ninguna teologia;» anadiendo en seguida que
«lo mismo sucede con la opinión concerniente á la perpetuidad de
los individuos después de la muerte.» (Conservation, Revolution et
Positivisme, par E. Littré, páginas 122-23.)
Por lo demás, semejantes afirmaciones están en armonia çon las
siguientes palabras del mismo autor: «Le plus ferme précepte de la
philosophie positive est d'abandoner toute recherche sur le commen¬
cement et la fin des choses.» (Ibid., pág. 128.)
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