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DEL SR. D. FERNANDO COS-GAYON
respetable, está la autoridad, representante ante la liber¬
tad de cada ciudadano de la libertad de todos los demás,
é investida del derecho de la sociedad, elemento tan esen¬
cial, tan antiguo y tan permanente como el del indivi-
duo en la vida humana. Y consiste la sintesis en el or-
den, que no es ni puede ser otra cosa que la armonia
perfecta entre el ejercicio de los derechos de libertad y
de autoridad. En cuanto esa armonia se perturba en lo
mås minimo, el orden ha cesado.
El hecho de una revolución se determina con facilidad
en la Historia, si sólo se atiende á la manifestación ma¬
terial de las convulsiones padecidas por un pueblo; pero
si se ha de estudiar el nacimiento y el progresivo des¬
arrollo de las ideas, causa principal de todo cambio im¬
portante, es dificil senalar el principio y el fin de un pe¬
riodo revolucionario. En 1789 comienza la revolución
francesa, no tomando en cuenta sino los conflictos ma¬
teriales, con la apertura de los Estados generales, con¬
vertidos en seguida en Asamblea nacional; con el jura-
mento del Juego de pelota; con la sesión regia termina¬
da por la sublevación de Mirabeau; con la toma de la
Bastilla; con la emigración de los principes y de la no¬
bleza; con las declaraciones y decretos del 4 de Agosto,
que contenian la supresión de todo el antiguo régimen;
con la desamortización eclesiástica; con la creación de
los asignados; con los asesinatos del 5 de Octubre; con la
contiscación de los bienes de los emigrados. Pero si de la
historia de esa revolución ha de formar parte la de las
doctrinas á que debió origen, no basta empezar en Mira¬
beau, hay que recordar también á Voltaire y á Rousseau,
y que retroceder hasta Montesquieu y hasta Hobbes, y
nadie encontrará injusto contar entre los predecesores
del gran trastorno politico social á los heresiarcas del si¬
glo XVI, y los mismos revolucionarios llevarán el estudio
de los antecedentes hasta la aparición del Cristianismo,
Max-Planck-Institut für
sy Politicas
europäische Rechtsgeschichte