DEL SR. D. FERMIN DE LASALA Y COLLADO
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»variedad infinita de los fenómenos no es más
que una
»metamórfosis de fuerzas, desde las revoluciones inmen¬
»sas de los cuerpos celestes hasta el movimiento infini¬
»tesimal de los animalejos microscópicos, desde la forma¬
»ción de las nubes hasta el origen de un sentimiento in¬
»dividual ó de una corriente de opinión, desde las trans¬
»formaciones del globo hasta las oscilaciones de los fon¬
»dos pûblicos; cuando se haya evidenciado que todos es¬
»tos movimientos, cualquiera que sea el orden á que per-
»tenezcan, obedecen en sus transformaciones å las mis-
»mas leyes de equivalencia, de ritmo y de dirección; y,
»por ultimo, que esta metamórfosis y sus hechos son co¬
»rolarios de un mismo principio, la persistencia de la
»fuerza, habrå constituido su unidad la Filosofia (1).» Y
por cierto, este concepto de la fuerza resulta un verda¬
dero apriorismo, porque, continua diciendo la secta no¬
visima dentro de la escuela, no hay manera de eludir la
admisión como principio indubitable de algun postulado;
en la serie de las proposiciones alguna no puede ser pro¬
bada por otra; ha de haber algün principio tácitamente
reconocido, principio necesario que à priori debe darse
por cierto. Y la verdad que sea base de la Filosofia no ha
de corresponder al orden lógico, sino al orden del sér.
de la existencia, porque ha de atravesar y persistir en
todos los modos de la conciencia; de lo que resulta, que
ha de tener una realidad permanente, y no hay otra más
que la fuerza; concepto primero cuya naturaleza y modos
de acción y de variación quedan desconocidos é impene¬
trables (2). Pero esto no impedirá afirmar que todos los
fenômenos se engloban en el fenómeno universal de la
perpetua y constante redistribución de la materia y del
(1) Cazelles.—Prólogo à su traducción de Los primeros princi¬
pios, por Herbert Spencer.
(2) Ibidem.
Max-Planck-Institut für
Real Ac.
Mora
sy Politicas
auropäische Rechtsgeschichte