DISCURSO
sultados. Ahora bien: la filosofia no puede arraigar aqué-
Ilas ideas en los pueblos, pues saben que el filósofo es
hombre, y que como tal puede enganarse ó enganarlos:
y los medios que emplea para mover el corazon carecen
ciertamente de eficacia; contener al individuo por la con-
sideracion del bien comun, es imposible en la mayor par-
te de los casos. Suponed á un hombre dominado por el
amor, parecido con frecuencia al frenesi de un delirante.
que ora divaga en un ambiente embalsamado de aromas.
ora se agita convulsivo en las ánsias de la agonia; supo-
ned en este hombre, ó en esa mujer, como sucede casi
siempre, exaltada la fantasia, hirviendo el corazon, per-
turbada la cabeza y sojuzgada el alma entera... jOs pa-
rece que la fria consideracion filosófica de la convenien¬
cia social podrá apagar la Ilama que le devora? Lo propio
sucede con todas las pasiones y con las exigencias del
interes privado; nunca ceden ante la sola consideracion
del bien procomunal: La Religion busca en solo Dios el
medio de reprimirlas. Ademas de que la filosofia en sus
medios de accion camina sobre un supuesto evidentemen¬
te equivocado, porque supone esclarecida y fuerte la ra-
zon y en calma las pasiones, cuando es todo al contra-
rio: la razon está débil y oscurecida, y las pasiones en la
plenitud de una fuerza perseverante y enérgica. ; Cómo
pues la filosofia podrá crear ó conservar la sociedad, si co-
mienza por desconocer el origen de los desórdenes que la
perturban y aniquilan?
Cuando se ponderan los recursos de la moral filosófica,
no se advierte que desde la creacion del mundo hasta los
tiempos evangélicos, parece que ya era tiempo de que la
razon hubiese Ilegado á una madurez perfecta; y léjos de
eso, nadie ignora el estado de la moral entre los griegos
y romanos, y en las demas épocas de la historia anterior
à Jesucristo. Dominaba un politeismo insensato, que en
vez de dar lecciones de virtud, autorizaba los vicios to¬
Real Aca
rales y Politicas
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europäische Rechtsgeschichte