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su posible evolución; no se trata ya de world politics, sino
de world policy. Basta enunciar esta finalidad de los man¬
datos, en el estado actual de la Historia, para explicarse
la recia pelea en que han nacido, las inquietudes en que se
debaten todavia. La Humanidad, en ascensión, nunca ha
ganado nada sin doloroso esfuerzo. La lucha por los man¬
datos es un buen reflejo de toda la que se agitó en los senos
en formación de la Sociedad de Naciones. Confirmará, es¬
peramos, cuanto hemos significado, tanto de lo que ésta era,
en el confuso devenir", cuanto de la importancia que hemos
atribuido a las cuestiones coloniales y orientales antes de
la guerra, durante ella y después.
1. El principio de los mandatos.
En las tres fases por que ha pasado la elaboración del
Covenant anduvo la génesis de nuestra institución: en la
fase de gestación o preconferencial; en la fase de las pri¬
meras deliberaciones, antes de la vuelta de Wilson a Amé¬
rica, el 14 de febrero de 1919; en la de las segundas delibe-
raciones del Hotel Crillon, cuando el Presidente, de nuevo
en Paris, consciente ya de su impotencia frente a la balum¬
ba de la encrespada Europa, de las aspiraciones ardientes
y rennidisimas de sus pueblos, de las capacidades sutiles e
invencibles de sus hombres y de la oposición que suscita¬
ban en su propio pais sus diversas actuaciones, hacia cada
dia concesiones de sustancia, si bien bajo la apariencia de
salvar los principios.
La importancia de todo linaje que encerraba el asunto
fácilmente se comprende a qué punto acumularia las difi¬
cultades teóricas y prácticas para una solución, ya que no
ideal, siquiera decorosa.
En el primer periodo de las negociaciones por el Pacto,
la suerte ulterior de las colonias y territorios perdidos por
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte