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mas: no se concibe un pueblo falto de agua para beber y de¬
mas servicios higiénicos. El Ayuntamiento, si no bastare
aquella con la que necesariamente hubo de contarse para
constituir la poblacióon, tiene el deber indeclinable de procu¬
rarla cueste lo que cueste. En consecuencia, lo unico que cabe
es discutir la conveniencia, o no de que el Ayuntamiento haga
el suministro por su cuenta o que autorice bajo condiciones
contractuales la traida y distribución a la iniciativa particu¬
far; una de esas condiciones, la reversión a los noventa y
nueve o menos anos de toda la instalación. Este es un recur¬
so racional para evitar el mayor o menor crecido gasto del
alumbramiento y perfecta conducción, y acaso las pérdidas
de la explotación si el nûmero de abonados y el consumo de
agua no responden, como suele ocurrir en los primeros anos,
à los calculos hechos. Londres estaba abastecido por ocho
Companias obligadas a pagar a sus accionistas un dividendo
maximo; y si los beneficios crecian, a rebajar en esa propor¬
cion el precio del agua. Las Companias, en la necesidad de
nuevo suministro, tenian la obligación de hacerlo por su
cuenta. Por consiguiente, la sustitución de la industria priva¬
da por la gestión directa representaba la liberación de este
ultimo deber y el privar a los abonados, que ya disfrutaban
los de dos Companias, de su participación en la ganancia adi¬
cional. El Ayuntamiento acordó la compra del servicio y ex¬
plotarlo directamente, porque en manos del Ayuntamiento el
abastecimiento seria más seguro y más puro, el precio mâs
economico, y la compra una buena operación financiera; pero
el caso es que se compró a una valuación que daria a los ac¬
cionistas casi su renta actual; disminuyó la garantia, en parte
por lo menos, de la pureza de las aguas, de la que cuidaban
los empleados de la Compania y los funcionarios del Avunta¬
miento antes de la compra, y después sólo éstos; no hubo
baja en los precios, y los abonados de dos de los ocho dis¬
tritos pagaron mâs de lo que hubiesen satisfecho siguiendo
el servioio a cargo de la industria particular.
Digna del mayor elogio es la politica municipal que tiene
por objeto ver mejor acomodadas a las clases obreras de las
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emia de Ciencias Morales y Politicas
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