14
los tormentos dantescos y aplicar a nuestras enfermedades los medios
curativos preconizados por los médicos de Le Sage y Molière. Somos
duennos de lanzar nuestro espiritu por los caminos que hayan de con-
ducirle a la locura o a la imbecilidad; y, si estamos senalados por es¬
tigmas morbosos, disfrutamos el derecho de transmitirlos a nuestros
descendientes, sin que la ley se oponga. Pero cuando los actos que
ejecutamos son susceptibles de comprometer nuestra hacienda, en¬
tonces toda precaución parece poca para atajar sus efectos: una legis
lación de seguros suple nuestra diligencia, garantizando con reservas
metálicas el cumplimiento de los contratos que libremente hayamos
celebrado (2); una ley represiva de la usura conmina a los logreros
con nulidades y reparaciones, si su codicia ha traspasado los limites
razonables en que debió contenerse (3); una sentencia de rescision o
de inoficiosidad invalidará o reducirá las donaciones cuantiosas que
hayamos tenido a bien otorgar (4); una declaración de prodigalidad
nos privará de la administración de nuestros bienes cuando hayamos
acreditado, con nuestra conducta, que los consumimos estérilmente,
sin acertar a servirnos de ellos con prudencia (5). En todos estos casos
y quizá en otros que pudieran recordarse, el precepto escrito se sobre-
pone a la libre determinación individual, para que el ciudadano, arbi¬
tro de nutrir su espiritu con toda clase de depravaciones y de atraer
hacia su cuerpo toda clase de enfermedades, no caiga en la pobreza
o en la miseria, más temible para el legislador que la debilidad fisio¬
lógica de la raza y la muerte prematura de sus individuos.
Y como el juego de azar, suerte o envite, es causa inevitable de
ruina, la ley ha extremado sus medidas de rigor, y en vez de limitarse
a autorizar el ejercicio de acciones revocatorias y la alegacion de ex¬
cepciones enervadoras, respectivamente dirigidas a recuperar lo per¬
dido y entregado o a resistir su pago (6), conmina al jugador con res¬
ponsabilidades de orden penal, de todo punto extranas a su buena o
mala fortuna (7). Y en verdad que si pudiera apoyarse tan severa ac¬
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte