SENORES ACADÉMICOS:
Sean mis primeras palabras la expresión breve y sincera de mis
sentimientos de gratitud profunda a vosotros, Senores Académicos,
por el alto, inmerecido e inesperado honor de contarme desde hoy
entre los miembros de esta ilustre Academia. Cuando, hace un anno,
la noticia de vuestro voto unánime para colaborar en vuestras tareas
cientificas llegó al silencioso retiro de mi celda, la impresión fué de
sorpresa, de confusión y de duda, y zpor qué no decirlo? de honda
satisfacción; y, con el propósito de contribuir en la medida de mis
escasas aptitudes a los fines de la Academia, decidi aceptar el honor
que, sin buscarle, se me entraba por la puerta.
Hecho un detenido examen de conciencia y el recuento de los
motivos que puedan haber inclinado vuestro ánimo a mi elección,
apenas hallo otro que vuestra benevolencia. Permitidme, Senores
Académicos, que en este punto deje hablar al silencio; él dirá más
y mejor, que lo que podria decir la torpe palabra.
Es costumbre en estos casos, y precepto reglamentario, recor¬
dar la memoria del antecesor. Universalmente conocida es, para
que tenga aqui necesidad de describirla y ponerla en relieve, la re¬
levante figura politica y cientifica del Excmo. Sr. D. Amós Salva¬
dor y Rodrigánez, de vasta cultura general, politica, cientifica, lite¬
raria y pedagógica, manifestada en sus numerosos y variados escri¬
tos y discursos parlamentarios; miembro de diversas Academias,
además de esta de Ciencias Morales y Politicas, de la de Bellas
Artes de San Fernando y de la de Ciencias Exactas, Fisicas y Na¬
turales de la que fué presidente. Me limitaré a transcribir las frases
de un escritor (J. Francos Rodriguez: Memorias de un gacetillero, en
k
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte