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monio, y, por lo tanto, la familia, son algo sagrado, y que
tienen un fin sagrado, el procrear primero y el educar des-
pues al hombre, destinado a la vida racional aqui en la tie¬
rra, y a la felicidad eterna mås allà.
El Cristianismo elevó al matrimonio a la categoria de
sacramento, ennobleciéndolo y dignificándolo, al considerar¬
lo como signo de la unión de Cristo con su Iglesia.
Por eso dice Chateubriand que entre los antiguos, un
himeneo era una ceremonia Ilena de alegria y de escandalo,
que nada ensena de los pensamientos puros que el matrimo¬
nio inspira, la restauración del matrimonio estaba reserva¬
da al Cristianismo.
Casarse, para el vulgo de los hombres—dice Severo Ca¬
talina—, es un negocio cualquiera, casarse, para el vulgo de
las mujeres, es adquirir un marido, tener derecho a salir
sola a la calle y cambiar por el de senora su titulo de se¬
norita. Casarse, para un hombre y una mujer de talento, es
dar la mitad de su alma y tomar otra mitad; si ambas mi¬
tades se adaptan exactamente, he ahi el paraiso; si no se
adaptan, si de dos existencias que eran antes completas,
vienen a resultar dos incompletas, he ahi el infierno. Medid
muy bien, vosotros los enamorados, las proporciones del
alma que entregáis y las del alma que se os entrega. Eso
es todo el secreto.
Cuando un hombre y una mujer de talento se estrechan
çon el doble vinculo de la virtud y del amor, el amor y la
virtud forman la barca en que apaciblemente bogan por el
mar de la vida; un ángel les sirve de piloto; su rumbo es la
inmortalidad; su puerto es el cielo. El si que se pronuncia
en los altares lleva su eco misterioso hasta el confin de los
cielos. Aquel si es la sentencia de vida o muerte para el
corazón, y quizá para el espiritu. Meditad mucho en esta
palabra tan corta de pronunciarse y tan larga de sentirse;
de solas dos letras consta y es capaz de llenar todo el libro
de la vida, en menos de un segundo se pronuncia y dura
por toda la eternidad.
Max-Planck-Institut für
lemia de Ciencias Morales y Politicas
uropäische Rechtsgeschichte