en saltos por las cumbres que son como vuelos del espiritu» (1).
A esos yo los veo con sobresalto como se ve al equilibrista que
pasa por el alambre tendido en la altura o con admiración, como
se ve el vuelo del águila que planea en el espacio, allá junto a
las nubes. Por eso sobre la mayor o menor exactitud de la visión
sintética que el autor de este discurso ha reveldo esta tarde ante
nosotros, no me pidáis que sea censor o juez.
Sin duda, su pensamiento halla eco de simpatia en el mio, y la
clave de esa simpatia, más que en la forma está en la coinci¬
dencia ideológica. Acaso por eso creo sinceramente que este dis-
curso es de los más sólidos, macizos y de más altos vuelos
intelectuales que en estos ultimos anos se han pronunciado en esta
Academia. Su cualidad saliente es la macicez, no obstante la rica
y enjoyada vestidura en que su estilo lo envuelve. Otra nota sua¬
ve y ungida se levanta de sus páginas; su intención apologética.
Sin decirlo, nos ha presentado gozoso a la ciencia enmudecida y
arrodillada ante la civilización cristiana y, sobre todo, ante la apor-
tación del catolicismo a ella. Esa ha sido casi siempre la tarea de
su pluma, y para que en él todo sea antinomia y contraste, aparece
como un hombre que abandonó el Seminario para echarse a evan¬
gelizador y apologista. Y todo eso acrece para mi el placer y el
honor de dar a nuestro nuevo companero Salvador Muinguijón, la
mås cordial bienvenida en nombre de esta Academia.
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(1) La función social de la Religión, en el libro Problemas sociales candentes, pág. 420.
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Max-Planck-Institut fü
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtse
eschichte