si de la Razôn como factor conducente a resolver la antitesis entre
la Revolución y la Tradición, empezando por la Critica de aquélla,
pero imponiéndose también a ésta como un criterio anterior y supe-
rior al simple hecho de su vigencia. “ Es la razón —nos dice— la lla¬
mada a entender, a justificar y a continuar la tradición. Pero no en¬
tiende por tal "la razón abstracta, pura, fuera del tiempo y del sen¬
tido, cuanto la razón histórica, si no prefiriésemos llamarla simplemen¬
te razon entera.
Y con esto culmina la labor de nuestro nuevo compannero en su dis¬
curso de ingreso, planteando el gran tema de la "Ciencia del Derecho'
en su conexión con las "Ciencias Humanas". Dadas las premisas men¬
cionadas, fácil es adivinar la conclusión del autor. Para él, la "Ciencia
del Derecho" —lo mismo podriamos decir la “ Filosofia del Derecho"¬
no debe ser ni meramente realista e historicista, ni tampoco de un idea¬
lismo o normativismo forjado a priori; no debe inspirarse en un criterio
exclusivamente tradicional ni puramente revolucionario. Debe partir:
"1.° De una teoria a priori de la conexión entre las creencias y el de¬
recho. 2.° Del sistema concreto de la sociedad de cuyos derechos se tra¬
Sin reducirse al papel de intérprete de un derecho determinado,
tampoco debe colocarse en una actitud de "ciencia autónoma’ e indepen¬
diente de todos ellos, sino disponerse a una tarea de lege ferenda pre¬
vio el sondeo de las tendencias sociales para registrar cuanto tengan
de necesarias, de viables, de justificadas. “ De esta manera —termina
diciendo nuestro recipiendario— tendremos una auténtica "Ciencia
del Derecho", que para llamarse tal no necesita adoptar el ropaje de
una ciencia natural", sino el de una ciencia moral", segûn el viejo
y glorioso titulo de nuestra Academia.
La Academia escucha complacidisima estas palabras que acusan el
acierto de la elección de su nuevo miembro en la persona de don Al¬
fonso Garcia Valdecasas. Si la buena amistad que nos profesamos me lo
permitiera, o me lo autorizara la representación con que la Academia me
ha honrado en este acto, yo invitaria al nuevo académico a que prosiguie¬
ra sus investigaciones de filosofia del derecho tan logradas en sus mo¬
nografias del pasado y en el perfil sintético que ha sabido darles en su
discurso de ingreso. Con los mejores deseos y augurios de que su labor
en el seno de nuestra Corporación responda a todo ello, me honro y
congratulo en dar en su nombre al nuevo académico la más cordial
bienvenida.
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Max-Planck-Institut für
nia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte